lunes, 20 de octubre de 2025

Dia 98, del viaje a la maratón de Valencia. ¡Qué el ajetreo no te robe la vida!

     Dia 98, del viaje a la maratón de Valencia. 



¡¡¡Muy buenos días!!!

Una de las cosas que se nos olvida o en el peor de los casos que hemos perdido, ha sido nuestra capacidad de asombrarnos. Al fin y al cabo, no se trata de otra cosa que mirar el mundo de otra manera. Verlo a través de todo lo bello que nos encontramos en lo cotidiano, lo sencillo, lo aparentemente insignificante e incluso adverso, puede ayudarnos, si estamos atentos, a tener una vida más plena.

No la belleza como algo bonito, sino más bien como una experiencia interior que tenga la capacidad de sentir nuestra vida como algo bueno.

Estoy seguro de que todos hemos vivido algún momento que nos hubiera gustado llevarnos a casa para estar viviéndolo constantemente. Eso es la belleza: lo que nos gusta tanto, que quisiéramos estar experimentándolo eternamente. Porque ahí hay algo bueno, algo verdadero, algo divino.

Veamos. La belleza no se encuentra solo en la pintura impresionista, en las sinfonías de la música clásica o en la escultura renacentista. Belleza puede ser cada momento del día, puede encontrarse en todo, como en salir a correr, los colores de un atardecer, el café de cada tarde, en los buenos días de nuestra vecina…

Los latinos siempre lo hemos entendido. Por eso ponemos música, baile, colores, risas en todo lo que hacemos. No para entretenernos. Para elevarnos. Todo lo que vivimos como bello es bueno y nos abre unas puertas que con solo la lógica no podríamos experimentar.

Buscar la belleza nos lleva a la felicidad. Nos equivocamos si pensamos que solo los entendidos saben encontrarla. No se necesita estudiar ni leer ninguna clase de manual.

Camina despacio. Observa. Oye. Acaricia lo bello. Y, es que lo que es bello nos recuerda que existe algo más, algo mejor, algo que no es nuestra agenda ni nuestros grupos de WhatsApp ni nuestro teléfono móvil.

Y si esa belleza es verdadera, si te colma, si te sienta bien… es porque es divina. Nuestra vida puede ser bella. ¡Qué el ajetreo no te robe la vida!

Y si aprendemos a verla, quizá estemos en el camino hacia la felicidad.

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