Dia 98, del viaje a la maratón de Valencia.
¡¡¡Muy buenos días!!!
Una de las cosas que se nos olvida o en el peor de los casos que hemos
perdido, ha sido nuestra capacidad de asombrarnos. Al fin y al cabo, no se
trata de otra cosa que mirar el mundo de otra manera. Verlo a través de todo lo
bello que nos encontramos en lo cotidiano, lo sencillo, lo aparentemente
insignificante e incluso adverso, puede ayudarnos, si estamos atentos, a tener
una vida más plena.
No la belleza como algo bonito, sino más bien como una experiencia
interior que tenga la capacidad de sentir nuestra vida como algo bueno.
Estoy seguro de que todos hemos vivido algún momento que nos hubiera
gustado llevarnos a casa para estar viviéndolo constantemente. Eso es la
belleza: lo que nos gusta tanto, que quisiéramos estar experimentándolo
eternamente. Porque ahí hay algo bueno, algo verdadero, algo divino.
Veamos. La belleza no se encuentra solo en la pintura impresionista, en
las sinfonías de la música clásica o en la escultura renacentista. Belleza
puede ser cada momento del día, puede encontrarse en todo, como en salir a
correr, los colores de un atardecer, el café de cada tarde, en los buenos días
de nuestra vecina…
Los latinos siempre lo hemos entendido. Por eso ponemos música, baile,
colores, risas en todo lo que hacemos. No para entretenernos. Para elevarnos. Todo
lo que vivimos como bello es bueno y nos abre unas puertas que con solo la
lógica no podríamos experimentar.
Buscar la belleza nos lleva a la felicidad. Nos equivocamos si pensamos
que solo los entendidos saben encontrarla. No se necesita estudiar ni
leer ninguna clase de manual.
Camina despacio. Observa. Oye. Acaricia lo bello. Y, es que lo que es
bello nos recuerda que existe algo más, algo mejor, algo que no es nuestra agenda
ni nuestros grupos de WhatsApp ni nuestro teléfono móvil.
Y si esa belleza es verdadera, si te colma, si te sienta bien… es
porque es divina. Nuestra vida puede ser bella. ¡Qué el ajetreo no te robe la
vida!
Y si aprendemos a verla, quizá estemos en el camino hacia la felicidad.
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