viernes, 3 de octubre de 2025

Dia 81, del viaje a la maratón de Valencia. Necesidad del hombre.

     Dia 81, del viaje a la maratón de Valencia.   

¡Buenos días! 



Siempre está bien y resulta interesante hablar de la persona, y a la vez resulta dramático pues existe una “necesidad del hombre”.

Hoy el hombre se encuentra en una situación, podríamos decir que, de emergencia, no sólo cuando en algunos lugares se amenazan sus condiciones elementales de libertad y supervivencia, sino también cuando los deseos más profundos del hombre que se encuentran en su corazón corren el riesgo de ser anestesiados y censurados en las comunidades donde se garantizan las libertades democráticas.

Uno de nuestros mayores problemas que nos aquejan es el debilitamiento del deseo y de ese impulso hacia lo ideal, el contentarnos con los productos que la sociedad pone a nuestra disposición. Y pone muchos que pueden satisfacer cualquier clase de instinto humano.

Sin embargo, cuando el alma del hombre, que está hecha para la grandeza y que no puede renunciar a buscar el sentido de la vida, se encuentra frenada e igualada a todo lo demás, antes o después se rebelará. Puede hacerlo trágicamente con comportamientos violentos o fenómenos de autodestrucción. O, más simplemente y menos dramáticamente, pierde el gusto por la vida.

Esta situación de emergencia la vemos y la vivimos continuamente, está a la vista de todos. Nuestros deseos más profundos se están quedando en el fondo de nuestro corazón.

No quiero, ahora, lanzar un grito de alarma, lo que pretendo es mostrar que puede volver a emerger lo humano, que en cualquier lugar hay hombres que han hallado una insospechada energía en esa chispa que es el deseo. Ese deseo que se vuelve a avivar a partir de un encuentro, un hecho o una circunstancia concreta.

De lo que se trata es de ver cómo la libertad del hombre se puede manifestar en la necesidad de observar la realidad, de juzgarla y de realizarla, no según los esquemas y proyectos que se nos imponen desde el exterior, sino a partir nuestras necesidades y deseos.

Vamos a desear que las diferencias culturales y de tradición sean tan sólo una expresión de los modos diferentes con que cada persona y cada pueblo ha tratado de relacionarse y ha tratado de afrontar lo que es la vida y que han dado una respuesta razonable a ese deseo de verdad que aparece en el corazón de cada uno.   

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