Dia 84, del viaje a la maratón de Valencia.
¡Buenos días!
Después de muchos meses, para ser sincero creo que demasiados, ayer corrí camino de la maratón de Valencia la media maratón del Kaki en la Alcudia. Y estuvo bien, mejor que bien puesto que la pude terminar con un tiempo inferior a lo que pensaba, solo con recordar que en los tres últimos años por estas fechas no me atrevía con una media maratón me hace estar más animado y con un poco más de seguridad de cara a la maratón.
No nos tiene que sorprender que a pesar de la buena impresión que he
sentido al terminarla el resultado de la maratón es incierto. No se puede saber
muy bien qué es lo que vendrá en estas nueve semanas que aún quedan de
entrenamiento.
La maratón y sobre todo su entrenamiento pone de manifiesto una gran
verdad sobre el mundo de la carrera a pie: nuestra vulnerabilidad. Que ningún
entrenamiento es capaz de asegurar nuestro éxito.
El saberse vulnerable nos puede llevar aun situación de miedo que
debemos aprovechar como el motor que nos debe llevar a ser mejores corredores. Justo
antes de cada maratón, la incertidumbre emerge como la única seguridad. Todo
corredor tiene que recordar que todo es incierto, lo que le descubrirá una
nueva manera de entender los entrenamientos para una carrera. Cuidando su
alimentación, protegiéndose de la infecciones y enfermedades, de las lesiones, porque,
en realidad, lo único que verdaderamente tiene es a sí mismo y a su libertad
para cuidarse.
La incertidumbre es lo único seguro que siempre hemos tenido los maratonianos.
Aunque suene paradójico, es la única certeza, la tierra sobre la que tienen que
transitar nuestros entrenamientos y proyectos.
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