jueves, 30 de octubre de 2025

Día 108, del viaje a la maratón de Valencia. Esquemas mentales.

 Día 108, del viaje a la maratón de Valencia.

¡¡¡Muy buenos días!!!



En nuestra forma de actuar, de pensar, hablar y de escribir, casi sin darnos cuenta somos guiados por una especie de guías que nos hacemos, unos croquis que articulan nuestra vida mental. Estas guías que nos hemos formado son una manera de simplificar nuestras decisiones, sobre todo si se presentan como dos proposiciones contrarias por una de las cuales hay que optar, de tal manera que, sin reflexionar negamos una y aceptamos la otra. Si tenemos muchas de esas tomas de postura automáticas y las utilizamos mucho, habremos perdido en nuestra vida la actividad creativa.

Si, por ejemplo, en mi croquis ante una “norma” tengo que anteponer automáticamente la “libertad”, si pienso que siempre tengo que elegir mi libertad ante cualquier norma que deba cumplir voy a estar limitado para desarrollarme. Si tengo otro esquema que antepone todo lo que viene de fuera de mí a lo que tengo dentro y sale de mí, me estoy anulando, si lo que está fuera de mí es distinto, distante, externo y extraño a mí, no puedo relacionarme con todo lo que me rodea.

Si hemos llegado a la conclusión: De que en la vida hay que elegir: o somos libres o aceptamos normas; o actuamos conforme a lo que nos sale de dentro o conforme a lo que nos viene impuesto de fuera. Lo que sucede es que pensamos que para ser auténticos y actuar con libertad interior hay que olvidarse de cuanto nos dicen de fuera acerca de normas morales, religiosas y de cualquier tipo.

Al estar actuando así lo que estamos haciendo es crear una contradicción entre nuestra libertad y cualquier norma. En consecuencia, para ser auténtico y actuar con libertad interior estoy obligado a dejar de lado todo lo que dicen de fuera acerca de normas morales, dogmas religiosos, prácticas piadosas... Con ello me alejo de la moral y la religión de mis mayores y, lo que es todavía más grave, hace imposible toda actividad verdaderamente creativa.

He aquí el poder temible de los esquemas mentales. Si alguien te sugiere que para ser “libre” en tu forma de actuar y obrar debes no aceptar norma alguna de conducta que te venga propuesta de “fuera”, hay que decirle que es verdad, pero sólo en un caso: cuando actuamos de modo pasivo, no creativo. Por ejemplo: Tus padres te dicen que hagas algo, y tú obedeces forzado. Entonces no actúas autónomamente. Pero suponte que percibes el valor de lo que te sugieren y lo asumes como propio. Esa actuación tuya es a la vez autónoma y está sometida a un poder ajeno, por ser creativa.

La enseñanza que has obtenido al obedecer a tus padres viene sugerida desde fuera pero no ha sido impuesta. Al reaccionar positivamente ante esa sugerencia la has asumido y ya forma parte de ti. Al hacerlo, esta enseñanza dejó de esta fuera de ti para convertirse en el impulso interno de tu obrar. En esto consiste el proceso formativo.

Ahora vemos con claridad la importancia decisiva de los esquemas mentales. No resulta un problema tenerlos, con la condición de que veamos los términos dentro de un marco dinámico de los esquemas, que los reflexionemos y es en este contexto en el que juegan su papel expresivo.

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