jueves, 23 de octubre de 2025

Día 101, del viaje a la maratón de Valencia. Manipular es sinónimo de manejar.

     Día 101, del viaje a la maratón de Valencia.

¡¡¡Muy buenos días!!! 



Ayer dejé en el aire muchas cosas sobre lo que significa manipular, no le di la importancia que creo que tiene el tenerlo claro.

Y es que manipular es sinónimo de manejar. Y, únicamente son manejables los objetos. Por ejemplo: un vaso puedo utilizarlo para mis fines, desecharlo, situarlo aquí o allí... Estoy en mi derecho, pues se trata de un objeto. Es algo que carece de personalidad propia por no tener inteligencia, voluntad, capacidad creativa... Puedo, por tanto, poseerlo, dominarlo, disponer de él. Digamos, para entendernos que pertenece a un nivel en el que no nos encontramos las personas.

Los seres humanos nos situamos en un nivel por encima al tener inteligencia y voluntad propia, y poder dirigir la vida según nuestro interés. Si, al tratar a una persona, no respeto su capacidad de iniciativa y la tomo como un ser posible, dominable y manejable a mi arbitrio, conforme a mis intereses, la bajo de nivel, lo que significa un envilecimiento injusto.

El sadismo es un ejemplo de ello, suele pensarse que ser sádico es ser cruel pero no es así. Quiere decir que se rebaja de nivel a una persona para ejercer un dominio sobre ella. Para reducir a una persona al nivel de un objeto se puede hacer mediante la crueldad o mediante cierto tipo de supuesta ternura. Reducir una persona a condición de objeto es una práctica manipuladora sádica.

Si observamos con atención podemos ver como muchos de nuestros comportamientos pueden esconder formas de manipulación pues convierten a la persona en un objeto. Y si continuamos pensando veremos que las caricias también pueden esconder una forma de manipulación, ya que, si mis caricias no son una forma de expresar mi afecto hacia la otra persona, sino que sólo sirven para que yo acumule una sensación placentera, lo que en realidad estoy haciendo es reducir el cuerpo de la otra persona en una simple fuente de gratificación. Y, esta conducta que puede parecer tierna es violenta pues quien la adopta considera el cuerpo ajeno como un mero medio para sus fines y lo despoja de su condición básica: ser expresión viva de la persona en la que está integrado.

Cuando se trata de una relación amorosa, lo que esta sucediendo es que el cuerpo de la persona amada adquiere una densidad particular y prende la atención de quienes se manifiestan su amor. Cuando dos amantes se acarician para mostrar el amor que sienten como personas, su modo de acariciar tendrá un carácter y un valor personal. En este caso, el cuerpo acariciado adquiere honores de protagonista, pero no desplaza a la persona; la hace presente de modo tangible y valioso.

Por el contrario, si lo que se intenta con la carica es producir unas simples complacencias sensoriales lo rebajamos al nivel de un objeto, el cuerpo como objeto invade a toda la persona. No se ama a ésta; sólo se quiere el placer que causa su vertiente corpórea. Y ésta muestra todas las condiciones de un “objeto”: es manejado, poseído, manipulado… De ahí nos viene esa expresión de la "mujer-objeto" cuando una figura femenina es exhibida sólo a causa de su belleza corpórea. Se la ofrece a la mirada como objeto de contemplación curiosa. Con ello queda reducida a un objeto de posesión, ya que el sentido de la vista es después del tacto el más posesivo.

Y ahora podría enredar un poco más el tema si miro la diferencia entre seducir y enamorar, pues seducir es poseer, dominar, arrastrar la voluntad de alguien como si fuera un objeto. En cambio, el que enamora a una persona no la arrastra; la atrae mediante la presentación de algo valioso. Un seductor veremos que halaga con engaños para provocar una adhesión irresistible. En realidad, no se da ahí nunca ternura auténtica, sino reducción despiadada de una persona a objeto. La violencia de tal rebajamiento no queda disminuida con afirmar que se trata de un objeto adorable, encantador, maravilloso, fascinante... Tales adjetivos no libran al sustantivo "objeto" de lo que tiene de injusto, de no ajustado a la realidad, de envilecedor.

Como veis, empezamos hablando de un tema y terminamos en otro, y es que resulta muy complicado no irse por las ramas cuando el árbol tiene tantas.

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