jueves, 5 de marzo de 2020

Los recuerdos y la memoria.

“La imparcialidad es un nombre pomposo para la indiferencia, que es un nombre elegante para la ignorancia.” (G. K. Chesterton)


Otro día que se nos marcha, y nos deja el recuerdo de haberlo vivido con pasión, por eso debemos guardar en la memoria los recuerdos de días como este que valen la pena.
Nos olvidamos de muchas cosas y a decir verdad hay algunos olvidos que se agradecen, y en este mundo de prisas y de reacciones ante lo inmediato es bueno no dejar de lado recuerdos importantes y decisivos.
Más allá de lo inmediato, una memoria abierta debe hacer posible recuerdos valiosos, desde los que cada uno podrá aprovechar las experiencias para afrontar el día de mañana. Con una buena memoria, también el presente se hará más llevadero y el futuro será afrontado con humildad, alegría y esperanza, porque sabremos vivir cada día recordando lo bueno que nos ofreció el día que acaba de terminar.
Con la memoria aprendemos y con lo aprendido actuamos, y así vivimos mientras ponemos en práctica las mil cosas que recordamos. Ya se que con la tecnología actual se consiguen aparatos más precisos y más rápidos que nuestra memoria, pero incluso todos esos datos que se almacenan en el ordenador o en el móvil tienen sentido si los aceptamos o rechazamos, y los utilizamos o no dependiendo de lo que hayamos aprendido.
La memoria nos permite hablar uno o varios idiomas, comprender lo que nos dicen, manifestar a otros lo que pensamos y queremos. Por esta simple utilidad ya es motivo de admiración y gratitud.
Sí: la memoria es un gran don. Podemos usarla para buscar el bien que tanto necesitamos, para seguir en marcha, porque nos permite mirar hacia adelante, apoyándonos en lo que el pasado ha dejado en forma de recuerdos, y con la esperanza de saberla aprovechar.

Buenas Noches.

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