sábado, 14 de marzo de 2020

Hay que mirar a todos, a todo el mundo.

“La imparcialidad es un nombre pomposo para la indiferencia, que es un nombre elegante para la ignorancia.” (G. K. Chesterton) 


Ya se que el único tema de conversación es el del coronavirus y es ahí donde radica el interés y el miedo de la gente. También veo que nos estamos desentendiendo de los conflictos bélicos, de los problemas internacionales, de las crisis que están afectando a países como Turquía, Siria y Grecia.
Es verdad que el virus nos esta causando mucha inquietud y como he podido ver algo de pánico. Son personas que sufren y tienen miedo. Pero los sufrimientos no son solo de unos, sino que hay que mirar a todos, a todo el mundo.
Por esta razón no hay que olvidar a los pobres sirios que están en la frontera entre Grecia y Turquía. Que hay que recordar que llevan años sufriendo no solo la guerra sino enfermedades y hambre.
Los migrantes y exiliados sirios en Turquía viven en la casi miseria, alojados en campo de refugiados, y si os acordáis, hace días Turquía les ha abierto la frontera y no pueden volver a Turquía ni entrar en Grecia por lo que no pueden volver atrás. Quieren pasar a Grecia, como sea, a riesgo incluso de perder la vida. Es un fuerte drama humano.  
En estos días, en que comenzamos la crisis del coronavirus, no debemos olvidarnos del drama que ocurre en Siria.
No quisiera terminar este sábado tan extraño sin decir que al igual que yo probablemente todos conocemos a personas inteligentes que hacen cosas sorprendentemente estúpidas. Vemos que personas que nos han dado pruebas de su inteligencia y que por lo tanto sabemos que la tienen, su inteligencia no asegura su capacidad de interactuar con los demás, ni de acertar en su análisis de las cosas, ni la toma de decisiones en la vida real.  
Lo hemos visto hoy o lo estamos viendo en las reacciones en los supermercados y, yo creo que esas personas inteligentes que hemos visto que están reaccionando mal ante las sugerencias sanitarias lo hacen porque han desarrollado poco su pensamiento crítico.
Si aspiramos a tener opinión propia sobre las cuestiones que se debaten en los medios de comunicación, es necesario aprender a detectar, tanto en nosotros como en los demás, las explicaciones superficiales o sesgadas, las exageraciones y las simplificaciones.
No podemos asumir o compartir noticias sobre el coronavirus sin contrastarlas, solo porque apoyan ideas que consideramos buenas. Es preciso cuestionar lo que leemos o escuchamos o pensamos, y considerar siempre interpretaciones alternativas. Hemos de mejorar nuestros argumentos y detectar nuestras incoherencias, nuestras fobias. Buscar evidencias que confirmen o desmientan lo que hasta ahora pensábamos. Y no descansar nunca en la búsqueda de la verdad de las cosas, aunque de sobra sabemos que no es nada fácil.

Buenas Noches. 

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