“La imparcialidad es un nombre pomposo para la
indiferencia, que es un nombre elegante para la ignorancia.” (G. K. Chesterton)
Parece cada vez más claro que vamos a tener que
relacionarnos de alguna manera con el coronavirus, si es que no lo estamos ya, tenemos
que estar preparados para enfrentarnos a situaciones que van ha ser extrañas
para nuestra forma de vida.
Lo estamos viendo, cada hora cambia la situación y esta
mañana me planteaba cómo aceptaría una cuarentena, por supuesto preferiría que
fuese en casa pero se podría dar la circunstancia que tuviese que realizarla en
cualquier otro lugar, por ejemplo: en un aeropuerto, hospital, hotel o en otro
país. Tengo que correr la maratón de Boston el 20 de abril.
No estaría mal que ahora que aún estoy a tiempo me
planteara cómo vivir una cuarentena.
Lo primero que se me ocurre es intentar ver el lado
positivo, complicado verlo hoy pues va a depender del lugar, pero si fuese en
casa, estoy seguro que realizar una limpieza a fondo del piso sería una opción
que me mantendría ocupado una parte importante del aislamiento. Voy a tener que
echar un vistazo a ver si tengo paracetamol o ibuprofeno y localizar el
termómetro, por si las “moscas”.
Como no podría salir ni a correr ni a tomar mi café tendría
la ocasión para pensar y reflexionar un poco más y así poder realizar estas
“Buenas Noches” con un poco más de sentido, y supongo que también serían más
largas y por lo tanto más pesadas.
Pero lo importante es que nos tenemos que tomar en serio
al nuevo coranavirus, ya sea como pandemia o no. No hay que quitarle
importancia. Pues en menos de dos meses hemos visto como se ha extendido por todos
los continentes. Por eso es fácil que ya estemos en una pandemia, ya que esto
implica una transmisión sostenida, eficaz y continua de forma simultánea en más
de tres regiones geográficas distintas. Pero eso no quiere decir desastre, ni es sinónimo
de muerte, pues la pandemia no se refiere a la mortalidad sino a su trasmisión y
extensión por el mundo.
Lo que sin duda sí hay es una pandemia de miedo. Por
primera vez en la historia estamos viviendo una epidemia a tiempo real: todos
los medios de comunicación, varias veces al día, todos los días, en todo el
planeta, hablan del coronavirus. Seguimos el goteo de cada uno de los casos en
directo.
Insisto: el tema es serio. Hay que informar de lo que
está ocurriendo, pero también necesitamos buenas noticias.
Por ejemplo; sabemos lo que es, esta identificado el
virus. Sabemos cómo detectarlo ya que las pruebas y los análisis funcionan
perfectamente. El 81% de los casos son leves y en el 14% puede causar neumonía
grave y en un 5% puede llegar a ser crítica o incluso mortal.
No se suele decir mucho pero la gente se cura, solo se
dice el aumento del número de casos confirmados y el número de fallecimientos, pero
la mayoría de la gente infectada se cura. Hay 13 veces más pacientes curados
que fallecidos, y la proporción va en aumento.
Otra cosa interesante es que en poco más de un mes ya se
pueden consultar 164 artículos en PubMed sobre COVID19 o SARSCov2. Son trabajos
preliminares sobre vacunas, tratamientos, epidemiología, genética y filogenia,
diagnóstico y aspectos clínicos. Estos artículos están elaborados por cerca de
700 autores repartidos por todo el plantea. Es ciencia en común, compartida y
en abierto. En 2003, cuando ocurrió lo del SARS, se tardó más de un año en
obtener menos de la mitad de artículos. Además, la mayoría de las revistas
científicas han dejado en abierto sus fondos sobre los coronavirus.
Nuestra capacidad de diseñar nuevas vacunas es
espectacular. Ya hay más de ocho proyectos contra el nuevo coronavirus. Hay
grupos que trabajan en proyectos de vacunas contra otros virus similares y ahora
tratan de cambiar de virus. Lo que puede alargar su desarrollo son todas las
pruebas necesarias de toxicidad, efectos secundarios, seguridad,
inmunogenicidad y eficacia en la protección. Por eso, se habla de varios meses
u años, pero algunos prototipos ya están en marcha.
Las vacunas son preventivas. Más importante aún son los
posibles tratamientos de las personas que ya están enfermas. Ya hay más de 80
ensayos clínicos para analizar tratamientos contra el coronavirus. Se trata de
antivirales que se han empleado para otras infecciones, que ya están aprobados
y que sabemos que son seguros.
En fin, debemos ser optimistas, la pandemia de gripe de
1918 causó más de 25 millones de muertos en menos de 25 semanas. ¿Podría volver
a ocurrir algo similar hoy en día? Muy probablemente no. Nunca hemos estado
mejor preparados para combatir una pandemia.
Buenas Noches.
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