martes, 30 de septiembre de 2025

Dia 78, del viaje a la maratón de Valencia. La corrupción política.

     Dia 78, del viaje a la maratón de Valencia.   

¡Buenos días! 



Dentro de la dinámica en que han entrado mis últimas entradas en este blog, que parece ser la de estar quejándome prácticamente de todo lo que sucede en nuestra sociedad, me he levantado hoy con la queja de la corrupción política que estamos sufriendo.

Y es que la corrupción política no es solo un robo al estado y por lo tanto a la sociedad, ni una quiebra del deber institucional: es, ante todo, una falta grave contra la justicia, el bien común y la dignidad humana.

Si reflexionamos un poco sobre esta realidad que nos persigue desde hace años, al menos en nuestro querido país, no nos queda más remedio que hacer una condena firme, sistemática y transversal de la corrupción como una forma de degeneración moral y estructural del poder.

La corrupción, para mí, es mucho más que un delito político: es una herida abierta al corazón de la justicia, un pecado que desfigura el espíritu del poder. No se trata solo de una violación del derecho penal o una rotura de nuestra confianza en las instituciones públicas: es una forma de injusticia organizada que traiciona el bien común, degrada la dignidad humana y erosiona la confianza pública. Por lo tanto, la veo como uno de los signos más graves de la decadencia moral que nos rodea.

Es una enfermedad que se instala donde el poder deja de ser un servicio y se convierte en una propiedad privada. Un delito que, más allá de las cifras, deja muchas víctimas invisibles: como el pobre que no recibe atención, el estudiante que no tiene libros a buenos precios o el enfermo que espera un medicamento que nunca llega.

Pero claro para llegar a estas conclusiones hay que tener claro algunas cosas, veamos: una autoridad política solo es legítima cuando se orienta al bien común y utiliza medios moralmente lícitos. Si esa autoridad aprueba leyes injustas o realiza actuaciones injustas, estas no nos deben de obligar en conciencia. La corrupción, entonces, no solo destruye la justicia: disuelve la legitimidad misma del gobierno.

Y es que, tenemos que recordar que cualquier forma de tomar y de usar injustamente los bienes ajenos, entre los que están el fraude, los sobornos y el enriquecimiento ilícito. Son actos que van en contra de nuestro tan conocido séptimo mandamiento, o sea ese de: No robarás.

Si entendemos bien lo que representa la dignidad humana nos daremos cuenta de que la corrupción política no es solo un mal político, sino un ataque frontal contra dicha dignidad, ya que impide el desarrollo económico, aumenta la injusticia y despoja a los pobres de lo que les corresponde.

Nuestros representantes, a los que hemos votado y por lo tanto hemos dado nuestra confianza, deben evitar toda forma de corrupción que impida el desarrollo integral del hombre y de la sociedad. La corrupción no sólo destruye instituciones, sino el alma moral de las sociedades.

Ese tipo de delitos cometidos desde el poder deberían de ser dobles ya que cometen una injusticia y además pervierten la autoridad que debería de cuidad del bien común. Y por lo tanto se convierte en la peor forma de gobierno que es la tiranía, porque el gobernante se sirve del poder en beneficio propio y no del pueblo. La corrupción es, entonces, una forma de tiranía blanda y disimulada. Es poder sin alma. Es servicio convertido en botín.

Nosotros no podemos quedarnos solamente en lamentarnos, no podemos ser un cómplice pasivo ni unos espectadores cobardes, sino que es necesario que fomentemos una cultura de la legalidad, la transparencia y la responsabilidad.

La corrupción va a destruir la sociedad no solo por lo que roba, sino por lo que rompe: la confianza, la dignidad, el futuro. No se puede ser neutral ante este drama. Al final, resulta que si lo pensamos bien nos vamos a dar cuenta de que una democracia debe tener valores ya que sin valores degenera fácilmente en un totalitarismo visible o encubierto.

Y cuando el poder deja de servir, somos nosotros los que debemos de recordarle su dignidad y exigir justicia. Y porque como personas, si no denunciamos al corrupto, corremos el riesgo de justificar al tirano.

lunes, 29 de septiembre de 2025

Dia 77, del viaje a la maratón de Valencia. ¿Qué esperanza hay para nosotros o para el mundo?

     Dia 77, del viaje a la maratón de Valencia.   

¡Buenos días! 



Voy a seguir más o menos con el último tema, pues me parece evidente la crispación que existe en nuestra sociedad. No solo es que me lo parezca al oír algunos discursos de los principales líderes políticos, sino que ya tenemos encuestas que confirman que existe una polarización, incluso entre la opinión pública.

Cuando ha aparecido este tema en mis animadas tertulias del café de media tarde veo que se tienen diferentes teorías sobre por qué sucede esto. La teoría más sencilla, la más simple es la que da la impresión de que los políticos piensan que sus contrarios se han vuelto locos y han elegido hacer barbaridades. Eso podría ser en parte cierto, ya que, si piensan que todos están locos, debe de haber algo de locura en todo el ambiente político.

Sin embargo, creo que debería tratar de ver el tema desde cierta perspectiva y retroceder un poco para hacerlo, dar un paso atrás a ver si consigo entenderlo.

Las personas, resulta que tenemos necesidad de tener puntos en común que nos unan, es fundamental. Para que exista una comunidad social y política es necesario que algo la sostenga, que exista algo que sustente la cooperación, la confianza y la disposición de todos a hacer algún sacrificio. Esto no es fácil de conseguir, y la manera obvia de lograrlo es tener objetivos comunes que estén ampliamente aceptados y que se encuentren relacionados con aspectos que nos sean fundamentales y perdurables.

Eso ha convertido a los lazos humanos básicos como el parentesco, la religión y una larga historia de convivencia, en la base tradicional del orden político. Eso nunca ha funcionado a la perfección, ya que nada humano lo hace, pero así es como el mundo, en general, ha evolucionado.

Pero hoy en día, hay mucha gente que considera esas cosas injustas e incluso intolerantes cuando se utilizan como base para una comunidad política, ya que eso significa que algunas personas van a tener algunas ventajas. La gente se pregunta, por ejemplo: ¿Qué tiene de importante la casualidad de haber nacido en una familia o en otra?

A la vez se piensa en que la comunidad política debería basarse en leyes que afecten a todos por igual y en valores universales que la inspiren. Pero no todos los valores universales sirven. Dios y el Bien, la Belleza y la Verdad son universales, pero no se consideran suficientemente universales, ya que diferentes personas, y diferentes grupos religiosos y culturales, los entienden de forma diferente.

Al final, el único valor universal suficientemente bueno resulta ser la universalidad misma; en otras palabras, el principio de que todos y todo deben ser tratados por igual. Si queremos tener una comunidad política como la que ahora se considera legítima, debe basarse en el apego a la igualdad.

Pero ¿qué tan bien funcionará eso? La igualdad, como otras versiones de la justicia, a veces es verdad que elimina la opresión real, o al menos abre muchas oportunidades. Pero no es fundamental para la mayoría de las cosas que nos importan, y rara vez determina si estamos satisfechos con las decisiones que tomamos, si tenemos éxito al perseguirlas o si somos felices en nuestras relaciones personales.

La igualdad implica que los vínculos personales que tenemos y que en la mayoría de las ocasiones son ajenos al propio sistema deben debilitarse en aras de la no discriminación. Pero esto último, incluso si es real, parece improbable que perdure. Liberarse de ciertos vínculos puede parecer posible por un tiempo, pero ¿cuán feliz será el debilitamiento de la vida familiar y la comunidad local que eso conlleva?

Quizás lo más básico es reconocer que la igualdad nunca es real, ya que toda sociedad depende de la jerarquía. Para que todo sea igual, debe haber personas que decidan qué se necesita y saber que está pidiendo y tener el poder de hacerlo cumplir. Estas personas no serán iguales al resto de nosotros, y si son como cualquier otro grupo privilegiado, no limitarán sus privilegios únicamente a los necesarios para su función social.

Incluso esos privilegios necesarios serán amplios. El amor a la igualdad es bastante incompatible con la tendencia de las personas hacia los afectos particulares como para prevalecer mediante un consenso no forzado. Por lo tanto, tendrá que ser apoyado por un sistema de propaganda, censura y regulación. Si no te gusta, te callarán y te obligarán a obedecer.

La solución más utilizada ha sido la de promover en todos, la necesidad por obtener los mismos bienes. Así, los gobiernos ahora prometen igualdad en esos bienes y una prosperidad cada vez mayor basada en los mismos. Pero eso no puede motivar mucha lealtad entre las personas ni una disposición al sacrificio. Además, no se puede garantizar, y ha conducido a los estados a un sistema de subvenciones basados ​​en ir aumentando el déficit, algo que no puede durar para siempre.

El sistema que se está utilizando para motivar y mantener políticamente activas a las personas es utilizar el miedo, la envidia y el odio hacia enemigos reales o supuestos, incluyendo a personas que parecen tener privilegios y que pueden impedir que alcancemos esos bienes. Estos sentimientos son fáciles de avivar en una sociedad donde las relaciones humanas y la confianza mutua son débiles, y siempre buscan un punto concreto. Por lo tanto, un sistema de igualdad también se convertirá en un sistema de búsqueda de chivos expiatorios.

Un sistema que se base en la igualdad extrema se presenta, así como un sistema de amor universal, con especial preocupación por los desfavorecidos. Pero se convierte cada vez más en un sistema de sospecha, envidia, división y odio. Dado que todos deben fingir sentimientos que no tienen, se convierte también en un sistema de mentiras e hipocresía.

Pero, alguien podría preguntarse, ¿cuál es la relevancia? Pedro Sánchez puede estar del lado, teóricamente, igualitario, Núñez Feijóo del lado opuesto, pero es difícil encontrar similitudes concretas con Mao y Hitler, a pesar de las afirmaciones absurdamente exageradas de lo contrario.

Las personas siguen siendo seres humanos, y lo negro nunca lo es del todo, por lo que las mejoras prácticas en nuestra política son indudablemente posibles, y debemos apoyarlas. Pero lo que realmente necesitamos es un punto de referencia fuerte que se centre en la dignidad de la persona. Sin él, un orden que se sustente en la dignidad e la persona se vuelve imposible.

Es absurdo intentar reconstruir un orden sólido y que de frutos que se encuentre apartado de una defensa integral de la dignidad humana. Nuestro objetivo político fundamental debe ser solucionar ese problema. Si lo hacemos en nuestra vida personal, podremos persuadir a otros, y puede que tenga éxito.

Si no lo hacemos, ¿qué esperanza hay para nosotros o para el mundo?

sábado, 27 de septiembre de 2025

Dia 75, del viaje a la maratón de Valencia. ¨La oscuridad no puede expulsar a la oscuridad: solo...

Dia 75, del viaje a la maratón de Valencia.   

¡Buenos días!



Hay mañanas en las que cuesta comprender la realidad que nos rodea. Cada vez se presentan con más asiduidad, y es que en una sociedad en la que la confrontación se encuentra por encima del diálogo y, algunas veces, la vida de las personas no parece ser tan importante como nuestra opinión, no son de extrañar estas mañanas.

Siempre he pensado que se puede discrepar de las ideas de una persona, incluso rechazarlas. Y, creo que es algo bueno que exista una cierta confrontación, siempre y cuando nos lleve a establecer algo positivo para el día de mañana. El problema aparece cuando la confrontación es el motivo, cuando se convierte en un fin.

Cuando nos tropezamos con la violencia, sin que sea necesario que sea una agresión física, no estaría mal que nos preguntásemos: ¿qué palabras estamos usando?, ¿qué actitud tenemos?, ¿qué hemos repartido? Es muy sencillo señalar al que lanza la piedra, pero nos resulta más difícil reconocer que se puede ser cómplice si hemos alimentado el odio, cuando hemos elegido el enfrentamiento en vez de escuchar o cuando dejamos que nuestro orgullo se imponga a nuestro corazón.  

La cuestión es que debemos tener un referente al que poder acudir en esos momentos en los que las circunstancias nos obligan a reaccionar, a hacer algún gesto.

Decía Martin Luther King Jr en un discurso que: ¨La oscuridad no puede expulsar a la oscuridad: solo la luz puede hacer eso. El odio no puede expulsar al odio: solo el amor puede hacer eso¨.

En estos días tan complicados en los que vivimos, donde no hay forma de aclararse ni en Oriente Medio, ni en la problemática que nos presenta Rusia, ni en una gran parte de África, el eco de ese mensaje de Martin Luther King Jr se tiene que escuchar y entender. En estas ocasiones en las que empezamos a sentir como va apareciendo en nuestra vida el abatimiento, la desesperanza, con momentos en los que no nos creemos lo que está sucediendo en el mundo, y mientras todo a nuestro alrededor se pone en modo alerta es momento de fijarnos en esa frase de Martin Luther King Jr pues nos indica el camino a seguir.

El odio, que germina del miedo, la ignorancia o la injusticia, solo produce más sufrimiento y división. En cambio, el amor, que es una expresión de la compasión y la misericordia, tiene el poder de curar y solucionar todos los problemas.

Podemos entender el amor de muchas maneras, pero para mí no creo que sea un sentimiento superficial ni una simple emoción. Es un compromiso activo con la justicia, la dignidad humana y la creación de un mundo más equitativo. Desde esta forma de verlo, el amor implica una acción transformadora, un rechazo claro de las estructuras de opresión y una invitación constante al perdón y a la reconciliación. En este mundo que frecuentemente se ve marcado por la violencia y la polarización, este amor no es una pasividad ante el mal, sino una fuerza activa que se opone a la injusticia de manera pacífica pero firme.

Practicar este amor que de alguna manera es radical, es una respuesta al odio. Solo así, como nos enseña Martin Luther King Jr., podemos superar las divisiones que nos separan y construir un mundo más humano y fraterno.

jueves, 25 de septiembre de 2025

Dia 73, del viaje a la maratón de Valencia. Prudencia.

Dia 73, del viaje a la maratón de Valencia.   

¡Buenos días! 



Cuando afrontamos una maratón la prudencia siempre suele ser un valor complicado de gestionar a menos que nuestro objetivo sea solo el de terminar sin tener en cuenta el tiempo.

Por lo demás, la prudencia puede ser un valor compartido por todos, ya que es la mejor ayuda con la que contamos para discernir, es decir, para distinguir lo que sucede en nuestro estado de forma y en cómo estamos entrenando, y poder optar por lo que más nos conduce a alcanzar nuestro objetivo.

Es verdad que, con la excusa de no precipitarse, pueden colarse, bajo apariencia de prudencia, el miedo que nos hacen dilatar indefinidamente determinadas decisiones. También, bajo el título de prudencia, puede asomar la excusa perfecta para que nos pongamos de perfil ante los retos que la carrera a pie nos presenta.

Pero, en estos casos, rápidamente saltan las alarmas, porque todos sabemos lo que es la prudencia, aprendida e interiorizada a base de ser, precisamente, imprudentes: ¿quién no ha metido la pata en alguna carrera, y se ha propuesto ser más prudente para la próxima? Esto no sucederá de la noche a la mañana: exige esforzarme en ser prudente, examinar cómo he andado de prudencia (o imprudencia) hoy en mi entrenamiento o carrera, buscar dónde y cómo puedo ser más prudente mañana, aprender los ‘modos’ de la prudencia (que cambian, porque lo que es prudente en determinadas situaciones, es completamente imprudente en otras) …

En este combate cotidiano por crecer en prudencia, no estamos solos: la experiencia es nuestra aliada y nos debemos aprovechar de ello. A esa unión de prudencia y experiencia es donde debemos mirar y donde debemos calibrar nuestra brújula interna que nos ayude a correr, entrenar y competir mejor.

En fin, un buen corredor debe tener capacidad de mirar adelante, de mirar lejos, de prever y proveer, de ver el posible objetivo a cumplir o de elegirlo mediante comparaciones con lo que le ha sucedido en el pasado. O sea que el corredor prudente es el que ve antes, mira más allá de una situación puntual y, ante todo, el que prefigura el recorrido adecuado para alcanzar el fin. La prudencia no tiene porque establecer el fin último, la marca a realizar, sino que busca los medios.

De ahí la importancia fundamental de la prudencia en el proceso de discernimiento para tomar las decisiones correctas.


miércoles, 24 de septiembre de 2025

Dia 72, del viaje a la maratón de Valencia. "Dijiste que era débil. Dijiste que no podía hacerlo. Te lo agradezco..."

     Dia 72, del viaje a la maratón de Valencia.   

¡Buenos días!



Algún día os contaré quién era Steve Prefontaine y su especial manera de entender la carrera a pie y que se puede ver reflejada en sus frases como ejemplo la de: "El mejor ritmo es un ritmo suicida, y hoy parece un buen día para morir" pero hoy voy a quedarme con esta otra: "Dijiste que era débil. Dijiste que no podía hacerlo. Te lo agradezco. Me diste todo lo que necesitaba para demostrar que te equivocabas."

Con vistas a la maratón de Valencia y a mi planteamiento para este año la primera frase no voy a tenerla en cuenta, sin embargo, la segunda es perfecta ya que refleja cual es mi espíritu hasta diciembre.

Lo que hago con esa frase es transformar las dudas que se han puesto en mis posibilidades en combustible para intentarlo y conseguirlo. No recibo las críticas con resentimiento, sino todo lo contrario con gratitud, porque encuentro que esas dudas las puedo convertir en motivación.

La debilidad, que, por supuesto que la tengo, la intentó transformar en fuerza que alimenta mi voluntad y perseverancia. Los que subestiman mis posibilidades me dan la chispa para entrenar cada mañana y demostrar que sí puedo.

Cada vez que surge en una conversación la cuestión de la maratón de Valencia, siempre hay alguien que me dice alguna de estas frases: “eres demasiado mayor”,” no lo conseguirás”, “mejor deja esas locuras”, “no terminarás”, “estás cansado” o “ya no vas a poder”. Al principio esas palabras pesan, porque parecen sentencias. Pero con el tiempo intentó encontrar ahí la llave que me permite abrir la puerta de la maratón, en no ver esas palabras como obstáculos en el camino, sino como la gasolina que me permite dejarlos atrás.

Cada entrenamiento realizado, cada metro recorrido, cada cambio de ritmo en una serie es una respuesta que me doy: “sí puedo”.

Aquí no se trata de hacer la contraria ni de vencer al que me critica, al que no cree en mí, sino de ir creciendo, de mostrarme que la perseverancia y el esfuerzo van a dar sus frutos. Como decía Prefontaine, incluso la duda de mí amigo se convierte en un regalo, porque despierta lo mejor que hay en mí.

Así, el objetivo para la maratón de Valencia no está solo en cruzar el arco de meta, sino en saber que puedo vencer a la desconfianza, en saber que esa debilidad que tengo la puedo transformar en fortaleza y que la próxima vez que alguien me diga “no puedes”, sonreiré en silencio porque en realidad me está regalando un motivo más para intentarlo.

martes, 23 de septiembre de 2025

Dia 71, del viaje a la maratón de Valencia. “Puedo creer lo imposible pero no lo improbable”.

        Dia 71, del viaje a la maratón de Valencia.   

¡Buenos días! 



He entrado esta semana en una parte del entrenamiento para la maratón que un año más, y creo que ya van tres, que es imposible. Me encuentro en una parte del entrenamiento donde debería de asentar el fondo para resistir los 42195 metros o la velocidad para realizarlos, pero no los dos a la vez.

Y resulta que ni tengo la resistencia suficiente para terminar la maratón ni tengo en mis piernas el ritmo para hacerlo en menos de cuatro horas, así que un corredor lo que debería de hacer es asegurar en estos dos meses el poder llegar a meta y olvidarse de bajar de las cuatro horas.

Sin embargo, como buen Chestertoniano no puedo olvidarme de una de sus paradojas que más me gustan: Puedo creer lo imposible pero no lo improbable”. Lo cual es una manera de decir que podemos soñar, pero teniendo los pies en el suelo. Lo imposible no puede ser y lo improbable simplemente no ocurrirá. Y aquí entramos en el terreno de la fe, en lo que parece imposible y no en aquello que sabiendo que técnicamente es posible me parece demasiado complicado y forzado dentro de la lógica del entrenamiento para que lo pueda realizar.

Lo “imposible” de la situación me sitúa ante nuevos horizontes que me invitan a salir de mi zona de confort y a creer en algo más grande que el mérito de terminar una maratón, a pensar que los milagros existen.

En cambio, lo improbable de la situación me genera desconfianza. Cuando alguien me dice que ha tirado una moneda al aire cien veces y siempre le ha salido cara, aunque puede ser posible no me lo creo porque es improbable que suceda. En el entrenamiento para la maratón eso se traduce en atajos, trampas y seguridades en productos que me permitirán realizar entrenamientos que mi sentido común me dice que no voy a poder soportar.

Prefiero creer en lo imposible, en el esfuerzo honesto de cada entrenamiento que pueda soportar y realizar, creer en recuperarme simplemente descansando, creer en una sencilla y normal alimentación, en fin, creer que ese día puede realizarse un milagro y que es aquí donde voy a plantar la semilla de la maratón. Se que parece imposible, pero yo creo que no lo es.  

Al final, de lo que se trata es de buscar un inconformismo vital que nos haga ir hasta donde nunca creíamos poder llegar para, ya desde ahí, seguir avanzando. Esta sociedad nuestra nos alienta no a mejorar sino a ser perfectos, nos oculta una cara para mostrar la que interesa. A todos nos gustaría ser excelentes corredores, ganar carreras o hacer marcas personales casi sin esfuerzo. De hecho, querríamos todo a la vez. Pero resulta, lo siento, que la perfección no existe, y lo que es peor aún: pasa con todo. Es que yo nunca seré tan extrovertido como me gustaría, tan divertido, tan profundo y cariñoso como el resto se merecen.

Existe una corriente de pensamiento que nos hace creer que podríamos ser lo que quisiéramos, y yo habría dado lo que fuera por ser perfecto… pero no se puede. La perfección resulta un camino inacabado, como el sistema operativo de un ordenador: puedo tener la última y mejor versión de Windows, pero debo saber que ésta no es la perfecta, que en un tiempo saldrá algo mejor y puedo quedarme atrasado o actualizar. Las mismas dos opciones se presentan en nuestra vida: la del derrotismo que conduce a no llegar a intentarlo, o la de presentar batalla, conscientes de que iremos de fracaso en fracaso hasta la victoria final.

Como corredor mi opción es clara: una invitación a ser mejor que no que sea una frustración al no llegar, sino un gozo al saber que en el entrenamiento estoy buscando mi mejor versión.

viernes, 19 de septiembre de 2025

Dia 67, del viaje a la maratón de Valencia. Frontera, lugar de encuentro.

     Dia 67, del viaje a la maratón de Valencia.   

¡Buenos días! 



Lo comentaba el otro día o creo que lo daba a entender, de que el deporte es uno de los espacios accesible a todas las personas del mundo, de diferentes culturas, razas, religiones o clases sociales.

En este sentido se ha convertido en un lugar de encuentro. Competiciones que se convierten en lugares de encuentro entre las diferentes fronteras sociales, culturales o económicas. Lugares donde se enseñan valores como la paz, el respeto y la solidaridad. Lugares donde se permite que gente con discapacidad, jóvenes en riesgo de exclusión o migrantes puedan formar parte de una misma realidad común, progresando así en justicia y dignidad.

Sin embargo, también lo podemos ver desde otra perspectiva, desde la industria del deporte que muchas veces sin desearlo roba la esencia del deporte y la dignidad de la persona mercantilizándola y transformando la actividad deportiva en un negocio. Lo podemos en los chanchullos, dopajes, o aficionados tan radicalizados que cruzan la línea de la sana competición, transformándola en una guerra.

Resulta interesante que miremos el deporte como un lugar de frontera, pero no entendiendo una frontera como una valla que nos separa, sino como un lugar de contacto al que nos asomemos para conocer y entender a nuestro vecino para que nuestra amistad aumente.  

De manera indirecta el deporte se convierte en un lugar perfecto para confrontarse con uno mismo, valorando el esfuerzo, el sacrificio o la búsqueda de sentido a través de nuestras metas.  Ese desafío constante que tenemos los deportistas en alcanzar nuestros objetivos se convierte en una ocasión para hacernos preguntas más transcendentales como: ¿qué sentido tiene mi esfuerzo?, ¿cuál es mi propósito?

El deporte, por lo tanto, muchas veces trasciende a lo meramente físico.

jueves, 18 de septiembre de 2025

Día 66, del viaje a la maratón de Valencia. ¿No es posible la paz?

     Día 66, del viaje a la maratón de Valencia.   



¡Buenos días!

Después de la entrada de ayer me ha aparecido una pregunta ¿Por qué los hombres nunca pueden tener paz? ¿Por qué es tan difícil?

No es una pregunta que nos hagamos muchas veces por lo que se ve, ya que desde tiempos inmemoriales las guerras son una actividad más de nuestras sociedades y no se ha encontrado una respuesta acertada de la pregunta.

Es verdad y resulta curioso que la historia del hombre comience con un fratricidio cuando, tal vez, la característica más destacada del ser humano es que necesita vivir en sociedad para sobrevivir. Un hombre aislado, a diferencia de otras especies, no podría sobrevivir mucho sin el apoyo de sus semejantes. La necesidad que tenemos de hacer frente a los peligros y dificultades de la vida nos lleva a agruparnos, ya que es la forma más básica de protección.

Y por lo visto no lo hacemos bien, pues al poco tiempo algo nos impulsa a oponernos a otros grupos, lo que da lugar a rivalidades y enfrentamientos. Por no hablar de la posibilidad de que nuestro propio grupo se fragmente y el mismo tipo de causas nos lleve a rivalidades y enfrentamientos. Los intereses, las rivalidades, la búsqueda de poder conducen al conflicto. Cada grupo o persona quiere lo que ve realizado en el otro. Es decir, tiene un deseo que no surge de uno mismo, sino que vemos algo en el otro que nos gusta y acabamos deseándolo, renunciando, por lo general inconscientemente, a descubrir lo que realmente nos importa o necesitamos. Lo podemos comprobar fácilmente en los fenómenos de la moda, la mentalidad social, las presiones de la sociedad sobre nosotros, que nos llevan a la necesidad de ser apreciado y reconocido por los demás.

Ese deseo de ser como los demás, lo que en realidad nos dice es que tenemos miedo a sentirnos inferiores, a no estar seguros de nosotros mismos y tratamos de compensarlo imitando lo que hacen o tienen los demás. Cuando consideramos que el otro es un obstáculo que nos impide autorrealizarnos es fácil que surja un comportamiento violento. Es el otro, son los demás a los que culpamos de lo que está mal en nosotros, de nuestra frustración, de esa agresividad que ha surgido. Encontramos en esta conducta un modo de aliviar nuestro malestar y las dificultades por las que estamos atravesando. Y si además nos encontramos con que son diferentes por motivos raciales, ideológicos o religiosos, nos encontramos con que pensamos que tenemos justificada nuestra agresividad.

Pero claro, para que yo empiece una pelea o un grupo una guerra, se deben de cumplir dos requisitos que a la vez son contradictorios: ser indefenso y al mismo tiempo omnipotente. Si no fuera indefenso, no lo podríamos agredir. Pero también debe ser poderoso, pues de lo contrario no se le podría considerar responsable del mal que nos está causando.

Sin embargo, nuestros deseos y dificultades no desaparecen al eliminar al que considerábamos nuestro enemigo, sino que necesitamos seguir buscando culpables y al no encontrarlo fuera esta vez lo hacemos dentro de nuestro grupo.

En Europa ya nos ha ocurrido: la cristiandad marginó a los judíos, juzgó y quemó a herejes y brujas, pero una vez agotados los posibles culpables externos, volvió la violencia contra sí misma, iniciando guerras intestinas de religión. Éstas concluyeron oficialmente con la Paz de Westfalia en 1648.

Las cosas tampoco fueron muy diferentes en el lado secular. La búsqueda de culpables adoptó la forma del nacionalismo y el racismo, que dieron lugar a dos guerras mundiales y al Holocausto:  Los cristianos podían trabajar por la conversión de los judíos, porque se puede cambiar de religión. Pero no se puede cambiar la sangre ni los genes. Los antisemitas, por tanto, sólo podían trabajar por la eliminación de los judíos.

Llegado a este punto de la entrada no hay más remedio que hacerse la pregunta de si la religión puede ser un motivo que obstaculice la armonía entre las personas. En efecto, no se puede negar que muchas veces se ha justificado y fomentado la violencia en nombre de la religión, revistiéndola de sacralidad.

Pero hoy, voy a dejarlo aquí, hay demasiado que añadir y analizar.

miércoles, 17 de septiembre de 2025

Dia 65, del viaje a la maratón de Valencia. Mateo 5, 38-39

     Dia 65, del viaje a la maratón de Valencia.   

¡Buenos días!



Hay cuestiones en las que no nos gusta definirnos ni dar nuestra opinión porque nos suelen causar más dolores de cabeza que satisfacciones y creo que el problema que hemos vivido con la Vuelta a España es uno de ellos. Sin embargo, siempre resulta interesante hacer un esfuerzo y dar nuestra opinión a pesar del posible varapalo que nos puedan dar.

No hace falta que yo ahora explique la situación en Gaza, pues la situación y la postura de la inmensa mayoría de las personas es bastante clara al ver las imágenes y los datos que nos dan ambos bandos. De igual forma no creo que sea necesario recordar lo que se dice en Mateo 5, 38-39 sobre la Ley del Talión y que todos nosotros conocemos y sobre todo entendemos.

Sé lo polémico que es este tema y que tiene muchas aristas, no obstante, sabiendo todo esto, quiero centrarme en uno, en la utilización del ciclismo y del deporte en general como medio de protesta.

Aunque exista un gran componente de espectáculo en muchos acontecimientos deportivos con un gran alcance mediático, y la Vuelta es uno de ellos, yo entiendo el deporte como uno de los pocos lugares donde se puede orquestar un diálogo poniendo juntos a enemigos acérrimos. Todo deporte obliga a todos los participantes a cumplir un reglamento donde se ven tan solo como rivales. Y pienso que es bueno crear situaciones como una competición deportiva donde países enfrentados puedan mirarse a la cara sin tener necesariamente que odiarse.

Por eso pienso, desde mi sencilla forma de ver las cosas, que tal vez expulsar o querer quizás excluir a un deportista o a un equipo de una competición deportiva o cultural por las crueldades de su gobierno es siempre una oportunidad que hemos perdido -sea Israel, Rusia, Marruecos, China, EE.UU. o quién sea-, porque estamos dando más importancia a la cultura de la cancelación levantando muros que a una sana visión del deporte, que debe trascender estas diferencias. Al fin y al cabo, lo que estaríamos haciendo es dejar fuera a un colectivo arbitrariamente en base a un lugar de origen, y eso siempre es peligroso.

Tenemos bastantes ejemplos de lo que pasa cuando la ideología se adueña de la cultura, la religión y el deporte. Y en este caso vemos cómo lejos de pensar en el dolor de tantas personas de Oriente Próximo nos vemos obligados a tener que opinar sin saber muy bien qué decir teniendo que medir cada palabra. Y en este campo las ideologías nos van a ganar y nos van a dividir, y por tanto se llevan el gato al agua, ya estén a favor o en contra o sean muy legítimas las causas.

Basta ya de comprender el deporte como un mero espectáculo que se puede utilizar para transmitir nuestras ideologías y fomentemos un deporte donde todos quepan, también el que piensa distinto, porque eso es lo meritorio. De lo contrario gana el “ojo por ojo, diente por diente”, y en el deporte después del partido o la competición hay que dar la mano a nuestro rival y felicitar al ganador.

martes, 16 de septiembre de 2025

Dia 64, del viaje a la maratón de Valencia. ¿Camino del Cid o GT 20?

     Dia 64, del viaje a la maratón de Valencia.   



¡Buenos días!

Hasta el día de la maratón de Valencia debería de estar centrado en la carrera a pie, entrenando y dejar descansar por unos meses la idea de volver a realizar un viaje en bicicleta el año que viene, pero la mente no puede dejar de pensar, bueno la verdad es que si puede si la entretengo con alguna serie de televisión o la nublo con algún tipo de droga.

Vivimos tiempos en los que, con demasiada frecuencia, los compromisos personales solo valen lo que vale el emocionante instante de verse a uno mismo comprometiéndose, y colocarse ahora el compromiso de realizar un viaje a algún lugar ante testigos cargados de admiración y afecto puede ser uno de ellos.

Ahora está de moda el derecho a cambiar de opinión, al hilo de las circunstancias o los propios sentimientos, por encima de cualquier otra consideración que implique a otros; tiempos en los que se ve normal afirmar que uno tiene ese derecho y que no pasa nada.

Y eso, es una verdad a medias que hace urgente aprender a distinguir entre el legítimo derecho a evolucionar del mero vivir egocéntricamente, en una sucesión de pseudo decisiones que generan expectativas y las defraudan sin considerar las consecuencias, tanto para uno mismo como para los demás.

Siempre he oído decir que una persona vale lo que valen sus promesas. Ya sé que decir ahora que el año que viene pienso ir a un lugar o hacer tal ruta no es un gran compromiso ni una promesa que se tenga que cumplir si o si, pero hay que empezar y acostumbrarse a cumplir estos simples compromisos para cuando nos veamos ante los realmente importantes el hábito de pensar antes de hablar ya nos sea una cosa normal.

No hace mucho que nuestros abuelos se fiaban tanto de la palabra dada por una persona que eso estaba por encima de cualquier documento firmado; ser alguien “de palabra” era ser alguien fiable y responsable, honorable. Los que ya tenemos unos años empezamos a no concebir la felicidad sin compromiso con alguien, sin el tranquilizador espacio y estabilidad que traen la confianza en las mutuas promesas. Sí, “dar la palabra” es poder afirmar cuenta conmigo de modo confiable tanto en una relación como en un negocio o en cualquier otro proyecto compartido.

También sé que desdecirse nunca es un acto sencillo, por eso hay que poner mucho empeño en que las decisiones que uno toma en la vida lo estén con una densidad existencial tal, que no resulte fácil desdecirse porque sería traicionarse, romperse.

Pues bien, no voy ahora a comprometerme, pero sí que voy a dejar encima de la mesa dos posibles proyectos: el camino del Cid y la GT 20, la gran travesía de Córcega en bicicleta. Las voy a examinar bien, a deliberarlas, valoraré seriamente sus recorridos y desde el realismo de mi condición física a final de año me decidiré por una.

https://www.caminodelcid.org/

https://www.france.fr/es/articulo/gt20-gran-travesia-corcega-bicicleta/#1-de-bastia-a-porto-sobre-dos-ruedas-etapas-1-a-6-1

Es importante realizar ese esfuerzo para no perder algo tan esencialmente humano como es la capacidad de comprometerse, afrontando la decisión como un pacto con nosotros mismos que tiene a la Fidelidad en su centro.

Es importante decir que incumplir promesas y compromisos sí importa, y mucho, debería ser algo muy extraordinario y, al menos, tan compartido con los demás como cuando se hacen porque es algo que tiene consecuencias personales.

En fin, ya veremos a final de año.

https://www.instagram.com/vicent1956/?hl=es

lunes, 15 de septiembre de 2025

Dia 63, del viatge a la marató de València. Más recuperación.

     Dia 63, del viatge a la marató de València.  

Bon dia! 



El otro día ya comenté lo que la mayoría de los corredores ya sabe, lo importantes que son los carbohidratos, pero las vitaminas, los minerales y los sustratos energéticos (proteínas, carbohidratos y grasas) también juegan un papel importante en una óptima recuperación.

Si concentramos toda nuestra recuperación en un sólo alimento o sustrato energético lo que puede pasar es que nuestro cuerpo no alcance una recuperación optima. Por lo tanto, los carbohidratos no deben ser el foco exclusivo de nuestra atención como estrategia para acelerar la recuperación. Los alimentos que contienen una alta proporción de carbohidratos, pero también algo de proteínas y pequeñas cantidades de grasas, son adecuados para propiciar la recuperación.

Las cantidades necesarias van a depender de nuestra talla, el grado de agotamiento de los carbohidratos y la severidad de la pérdida de líquido. Los corredores como yo, más bajitos he calculado que 200 – 250 calorías de algún alimento que contenga principalmente carbohidratos, seguido por 350 a 475 ml de agua o de alguna bebida deportiva puede ser suficiente en el momento de terminar. Después de ducharse hay que repetir.

Tengo que insistir pues lo considero importante en la recuperación de los líquidos, pues la carrera a pie, independientemente de las condiciones ambientales, produce un incremento en la producción de calor corporal y por lo tanto, pérdida de sudor, lo cual puede ocasionar deshidratación. En invierno con frecuencia nos sorprendemos de que nuestra ropa termine empapada en sudor, a pesar de que la temperatura del ambiente esté terriblemente fría. La estrategia ideal es mantener el balance de fluidos durante la carrera para evitar la deshidratación. 

Las pérdidas en el sudor pueden exceder a nuestra capacidad para reemplazar los fluidos adecuadamente, particularmente en ambientes calientes, por lo tanto, prestando una especial atención al consumo de líquidos en cada oportunidad se reduce el riesgo de que las pérdidas de agua puedan producir una fatiga prematura. Como objetivo, el corredor debe consumir tanto como pueda tolerar, tan frecuente como sea posible durante la carrera, y luego una cantidad suficiente para retornar el peso corporal al valor que tenía antes de la carrera o entrenamiento.

¡Ah! Se me olvidaba, los carbohidratos en las bebidas tienen el efecto de incrementar la tasa de absorción por los intestinos, la mezcla ideal se sitúa entre 6 a 7 % de carbohidratos, y el carbohidrato también ayuda a reemplazar el glucógeno muscular usado durante el ejercicio.

En fin, otro día añadiré alguna cosa más ya que para recuperarse muscularmente tendremos que hacer algo más.

domingo, 14 de septiembre de 2025

Dia 62, del viatge a la marató de València. ¡Riámonos!

     Dia 62, del viatge a la marató de València.  

Bon dia! 



En algunas ocasiones nos encontramos con que exageramos y dramatizamos y tenemos que recordar que no hay que ser dramático ni exagerado. Que ni todo es terrible, ni todo es fantástico. No hay que ser tremendista. Con los años nos vamos conociendo y sabemos que a veces hemos caído en el catastrofismo. Sabemos que nos tenemos que reír de muchas situaciones y sobre todo de nosotros mismos. Hay que intentar no dramatizar por muy complicadas que veamos las cosas y… ¡riámonos!  

En estos días me está costando asumir el comportamiento de algunas personas a pesar de que siempre se me ha llenado la boca diciendo que las personas son libres para tomar las decisiones que quieren, y eso incluye cuando el comportamiento de los demás nos hace daño que nos parezca injusto, pero madurar es aceptar esa libertad en los demás. El reto es aceptarlo. Aunque las personas tomen decisiones que no entiendo me tengo que acordar que cada uno elige el camino que quiere y no soy yo quien tiene que juzgar o cuestionar esas decisiones, sino aceptar que son libres, de la misma manera que soy libre para decidir actuar desde lo que soy y no desde el comportamiento de los demás.

A veces pienso que debo dejar de gastar energías en convencer a los demás y vivir convencido de mis ideas. Estoy, en muchas ocasiones, intentando imponer cómo deben de ser las cosas y por este camino no voy bien y estoy levantando algunas barreras que me cuesta mucho pasar. Por otro lado, si lo pienso un poco siempre que he logrado influir, contagiar, ha sido cuando no lo he buscado, cuándo he estado centrado en vivir convencido no en convencer. Además, no debo olvidarme de lo más importante: no puedo avanzar si no soy capaz de entender en su totalidad, con sus luces y sombres, con sus fortalezas y debilidades, a todos los grupos humanos e instituciones con los que me relaciono. Tengo que aceptar que no existe la perfección ni las situaciones idóneas y recordarme que cuando vivo convencido ¡contagio!

En fin, ya tengo una edad y tengo que entender que más allá de que haya gente que me haga la vida más fácil o difícil, que a pesar de que haya personas o situaciones que me cuestan, que me hagan daño… solo estaré bien conmigo mismo cuando actúo desde lo que soy y no desde lo que los demás provocan en mí, porque lo que me mata por dentro es cuando vivo según los comportamientos de los demás y no desde mí mismo. Lo importante es que sea fiel a mí mismo… de la misma manera que cada día sale el sol para todo el mundo, sin condiciones, sin premisas… pues así tengo que vivir mí cada día, sin condiciones, sin peros…

Voy terminando por hoy, hay que volver todas las veces que haga falta a nuestro interior, a nuestra esencia. A escuchar lo que viene de dentro, no lo que te hace vivir desde fuera.

sábado, 13 de septiembre de 2025

Dia 61, del viatge a la marató de València. Un poc més de recuperació

     Dia 61, del viatge a la marató de València.  

Bon dia! 



Ja sé que ahir vaig passar molt per damunt del tema de la recuperació després d'una carrera o d'un entrenament fort, així veig que resultarà interessant que aprofundisca un poc més.

Tots sabem més o menys que la recuperació és el procés a través del qual passa el corredor per a tornar a estar llest per a córrer a un cert nivell. En eixe procés es troba el restabliment de les reserves d'energia i nutrients, tornar a la funció fisiològica normal, reduir els dolors musculars i la desaparició de símptomes psicològics associats amb una fatiga extrema

Els corredors tenim com a objectiu principal estar llestos per a competir de nou o fer que la pròxima sessió d'entrenaments millore el nostre rendiment. No existixen dubtes que els atletes que entrenen o competixen sense una recuperació completa, no rendiran al màxim de les seues capacitats.

Supose que tots més o menys estarem d'acord amb tot l'anterior, però com ho fem? O ho estem fent bé? Són preguntes que intentaré anar contestant.

No obstant això, ara no em puc aguantar i he d'afegir alguna cosa sobre el grup de WhatsApp, i és que no comprenc algunes coses.

Vegem, jo, i espere que la majoria estiguem d'acord que un grup de WhatsApp ha de tindre entre els seus objectius, així per damunt i amb la seguretat que em deixaré alguns, els següents fins: Donar Informació pràctica com puga ser: avisos ràpids, canvis d'horari, quedades, entrenaments, celebracions, esdeveniments, etc.

Coordinar als corredors per a prendre decisions sense haver de cridar un a un.

Que servisca de suport entre corredors, a saber: compartir experiències, consells, ànims i mantindre el vincle del grup.

Ens ha de servir per a evitar confusions ja que tots rebem el mateix missatge i alhora.

Per a organitzar entrenaments i eixides: hora, lloc, ruta i ritme al qual s'ha de córrer.

Avisar d'imprevistos: canvis d'horari, cancel·lar alguna activitat, etc.

Compartir experiències que ens siguen útils a tots com: consells sobre material, nutrició, lesions, carreres.

Estar informat de les activitats del club i qualsevol cosa que repercutisca en ell.

Mantindre la motivació: felicitar després d'un triomf, animar quan algú està baix de forma.

Enfortir l'amistat: encara que el central siga l'esport, també és un espai per a la proximitat i la companyonia.

L'important és que el grup no perda la seua finalitat: ser una ferramenta que ajude al fet que tots puguen gaudir millor de la carrera a peu.

Doncs bé, si tots estem d'acord amb tot l'anterior, perquè raó compartir un document de Word amb les entrades i eixides del Trail, un document amb les entrades i eixides de la Volta a peu, un altre amb les entrades i eixides de la barra de la Gala és portar mal rotllo al grup. Per què?

Per què quan ho vaig preguntar fa unes setmanes la resposta ha sigut el silenci? No ho comprenc.

Jo pense que eixos documents no causen mal rotllo, tot el contrari, ens donen seguretat i tranquil·litat de que tot està funcionat bé.

En fi, ho deixe, i és que dir que eixa informació dona mal rotllo, sí que és un mal rotllo.

Demà seguiré amb el tema de la recuperació, però hui crec que havia de donar la meua opinió.