Dia 62, del viatge a la marató de València.
Bon dia!
En algunas ocasiones nos encontramos con que exageramos y dramatizamos y
tenemos que recordar que no hay que ser dramático ni exagerado. Que ni todo es
terrible, ni todo es fantástico. No hay que ser tremendista. Con los años nos
vamos conociendo y sabemos que a veces hemos caído en el catastrofismo. Sabemos
que nos tenemos que reír de muchas situaciones y sobre todo de nosotros mismos.
Hay que intentar no dramatizar por muy complicadas que veamos las cosas y… ¡riámonos!
En estos días me está costando asumir el comportamiento de algunas
personas a pesar de que siempre se me ha llenado la boca diciendo que las
personas son libres para tomar las decisiones que quieren, y eso incluye cuando
el comportamiento de los demás nos hace daño que nos parezca injusto, pero madurar
es aceptar esa libertad en los demás. El reto es aceptarlo. Aunque las personas
tomen decisiones que no entiendo me tengo que acordar que cada uno elige el
camino que quiere y no soy yo quien tiene que juzgar o cuestionar esas
decisiones, sino aceptar que son libres, de la misma manera que soy libre para
decidir actuar desde lo que soy y no desde el comportamiento de los demás.
A veces pienso que debo dejar de gastar energías en convencer a los
demás y vivir convencido de mis ideas. Estoy, en muchas ocasiones, intentando imponer
cómo deben de ser las cosas y por este camino no voy bien y estoy levantando algunas
barreras que me cuesta mucho pasar. Por otro lado, si lo pienso un poco siempre
que he logrado influir, contagiar, ha sido cuando no lo he buscado, cuándo he estado
centrado en vivir convencido no en convencer. Además, no debo olvidarme de lo
más importante: no puedo avanzar si no soy capaz de entender en su totalidad,
con sus luces y sombres, con sus fortalezas y debilidades, a todos los grupos
humanos e instituciones con los que me relaciono. Tengo que aceptar que no
existe la perfección ni las situaciones idóneas y recordarme que cuando vivo
convencido ¡contagio!
En fin, ya tengo una edad y tengo que entender que más allá de que haya
gente que me haga la vida más fácil o difícil, que a pesar de que haya personas
o situaciones que me cuestan, que me hagan daño… solo estaré bien conmigo mismo
cuando actúo desde lo que soy y no desde lo que los demás provocan en mí,
porque lo que me mata por dentro es cuando vivo según los comportamientos de
los demás y no desde mí mismo. Lo importante es que sea fiel a mí mismo… de la
misma manera que cada día sale el sol para todo el mundo, sin condiciones, sin
premisas… pues así tengo que vivir mí cada día, sin condiciones, sin peros…
Voy terminando por hoy, hay que volver todas las veces que haga falta a
nuestro interior, a nuestra esencia. A escuchar lo que viene de dentro, no lo
que te hace vivir desde fuera.
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