miércoles, 24 de septiembre de 2025

Dia 72, del viaje a la maratón de Valencia. "Dijiste que era débil. Dijiste que no podía hacerlo. Te lo agradezco..."

     Dia 72, del viaje a la maratón de Valencia.   

¡Buenos días!



Algún día os contaré quién era Steve Prefontaine y su especial manera de entender la carrera a pie y que se puede ver reflejada en sus frases como ejemplo la de: "El mejor ritmo es un ritmo suicida, y hoy parece un buen día para morir" pero hoy voy a quedarme con esta otra: "Dijiste que era débil. Dijiste que no podía hacerlo. Te lo agradezco. Me diste todo lo que necesitaba para demostrar que te equivocabas."

Con vistas a la maratón de Valencia y a mi planteamiento para este año la primera frase no voy a tenerla en cuenta, sin embargo, la segunda es perfecta ya que refleja cual es mi espíritu hasta diciembre.

Lo que hago con esa frase es transformar las dudas que se han puesto en mis posibilidades en combustible para intentarlo y conseguirlo. No recibo las críticas con resentimiento, sino todo lo contrario con gratitud, porque encuentro que esas dudas las puedo convertir en motivación.

La debilidad, que, por supuesto que la tengo, la intentó transformar en fuerza que alimenta mi voluntad y perseverancia. Los que subestiman mis posibilidades me dan la chispa para entrenar cada mañana y demostrar que sí puedo.

Cada vez que surge en una conversación la cuestión de la maratón de Valencia, siempre hay alguien que me dice alguna de estas frases: “eres demasiado mayor”,” no lo conseguirás”, “mejor deja esas locuras”, “no terminarás”, “estás cansado” o “ya no vas a poder”. Al principio esas palabras pesan, porque parecen sentencias. Pero con el tiempo intentó encontrar ahí la llave que me permite abrir la puerta de la maratón, en no ver esas palabras como obstáculos en el camino, sino como la gasolina que me permite dejarlos atrás.

Cada entrenamiento realizado, cada metro recorrido, cada cambio de ritmo en una serie es una respuesta que me doy: “sí puedo”.

Aquí no se trata de hacer la contraria ni de vencer al que me critica, al que no cree en mí, sino de ir creciendo, de mostrarme que la perseverancia y el esfuerzo van a dar sus frutos. Como decía Prefontaine, incluso la duda de mí amigo se convierte en un regalo, porque despierta lo mejor que hay en mí.

Así, el objetivo para la maratón de Valencia no está solo en cruzar el arco de meta, sino en saber que puedo vencer a la desconfianza, en saber que esa debilidad que tengo la puedo transformar en fortaleza y que la próxima vez que alguien me diga “no puedes”, sonreiré en silencio porque en realidad me está regalando un motivo más para intentarlo.

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