Dia 72, del viaje a la maratón de Valencia.
¡Buenos días!
Algún día os contaré quién era Steve Prefontaine y su especial manera
de entender la carrera a pie y que se puede ver reflejada en sus frases como ejemplo
la de: "El mejor ritmo es un ritmo suicida, y hoy parece un buen día para
morir" pero hoy voy a quedarme con esta otra: "Dijiste que era débil. Dijiste que no podía hacerlo. Te lo
agradezco. Me diste todo lo que necesitaba para demostrar que te
equivocabas."
Con vistas a la maratón de Valencia y a mi planteamiento para este año la
primera frase no voy a tenerla en cuenta, sin embargo, la segunda es perfecta
ya que refleja cual es mi espíritu hasta diciembre.
Lo que hago con esa frase es transformar las dudas que se han puesto en
mis posibilidades en combustible para intentarlo y conseguirlo. No recibo las
críticas con resentimiento, sino todo lo contrario con gratitud, porque
encuentro que esas dudas las puedo convertir en motivación.
La debilidad, que, por supuesto que la tengo, la intentó transformar en
fuerza que alimenta mi voluntad y perseverancia. Los que subestiman mis
posibilidades me dan la chispa para entrenar cada mañana y demostrar que sí
puedo.
Cada vez que surge en una conversación la cuestión de la maratón de
Valencia, siempre hay alguien que me dice alguna de estas frases: “eres
demasiado mayor”,” no lo conseguirás”, “mejor deja esas locuras”, “no
terminarás”, “estás cansado” o “ya no vas a poder”. Al principio esas palabras
pesan, porque parecen sentencias. Pero con el tiempo intentó encontrar ahí la llave
que me permite abrir la puerta de la maratón, en no ver esas palabras como obstáculos
en el camino, sino como la gasolina que me permite dejarlos atrás.
Cada entrenamiento realizado, cada metro recorrido, cada cambio de
ritmo en una serie es una respuesta que me doy: “sí puedo”.
Aquí no se trata de hacer la contraria ni de vencer al que me critica, al
que no cree en mí, sino de ir creciendo, de mostrarme que la perseverancia y el
esfuerzo van a dar sus frutos. Como decía Prefontaine, incluso la duda de mí
amigo se convierte en un regalo, porque despierta lo mejor que hay en mí.
Así, el objetivo para la maratón de Valencia no está solo en cruzar el
arco de meta, sino en saber que puedo vencer a la desconfianza, en saber que
esa debilidad que tengo la puedo transformar en fortaleza y que la próxima vez
que alguien me diga “no puedes”, sonreiré en silencio porque en realidad me
está regalando un motivo más para intentarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario