"Una cosa muerta puede ir con la corriente,
pero sólo un ser vivo puede ir en su contra." (G. K. Chesterton).
Buenos
Días: Se me han pasado las horas rápidamente, la cantidad de cosas que tengo
que hacer durante este “fin de semana”, que pongo en marcha este viernes, me ha
obligado a retrasar este “Buenos Días” hasta un más que probable Buen Resto del
Día. El sol ya hace horas que anda iluminándonos e intentando hacer su trabajo sin
importarle mucho mis ajetreos para poder acudir a todos “mis” compromisos.
A
pesar de mis prisas, hoy es un día interesante en el que se celebra la festividad
de santa Cecilia y de san Esteban, por lo que habrá muchos actos que nos lo
recordarán y muchos conciertos a los que se debería de acudir, solo con mirar
un poco la información que encontramos a nuestro alrededor nos bastara para poder
elegir y darnos cuenta de la suerte que tenemos de vivir en estos tiempos en
los que es tan fácil acceder a todo tipo de información.
Venimos
del siglo XX, al menos yo, venimos de una sociedad que más que ninguna otra antes
de ella a tenido en su poder tanta información, venimos de un siglo que se ha
basado en la enseñanza, la ciencia, la cultura; en una palabra, en el conocimiento,
tenemos la suerte de tener un sistema de gobierno que por vocación da acceso a
todas esas ventajas: la democracia.
Sin
duda, ya se que igual que la democracia, la libertad de información y la libertad
de conocimiento están en la practica repartidas de una manera muy desigual por
todo el planeta. Pero, a pesar de esto, el papel que desempeña la información
en los hombres que deciden los asuntos del mundo contemporáneo, y en las reacciones
de los demás ante esos asuntos, es incontestablemente más importante, más
constante y más general que en épocas anteriores. Los que actúan tienen mejores
medios para saber sobre qué datos apoyar su acción, y los que experimentan esa
acción están mucho mejor informados sobre lo que hacen los que actúan.
Si
esto es así, nos debería de llevar a la conclusión de que la gestión que se ha
hecho del mundo es por sí misma más juiciosa que antes. Es interesante pues,
pensar un poco si todo ese conocimiento, su riqueza, su difusión cada vez a más
gente ha dado sus frutos. Es una cuestión que importa sobre todo cuando sabemos
que ha habido, en este siglo XXI, un perfeccionamiento acelerado de las técnicas
de transmisión de la información y del aumento continuo de personas que de ella
se aprovechan.
Vamos
a razonarlo en este fin de semana, y ya veremos el lunes si hemos tenido tiempo
para pensar y tener alguna conclusión que valga la pena poner por escrito.
Feliz
Día.
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