sábado, 2 de noviembre de 2019

Sábado 2 de noviembre de 2019.

"Una cosa muerta puede ir con la corriente, pero sólo un ser vivo puede ir en su contra." (G. K. Chesterton).

Buenos Días: conmemoramos hoy a los fieles difuntos con el amanecer a las 07:29 horas y con una puesta de sol a las 17:59 horas, un poco de viento pero no creo que moleste mucho.
Empezamos el fin de semana con unas temperaturas que nos van a permitir disfrutar de nuestro tiempo libre sin que la meteorología nos ponga ningún impedimento, lo que me lleva a la reflexión que no todos pueden aprovechar estos dos días de descanso.
Ya nos habremos dado cuenta que cada día hay más establecimientos que abren sus puertas en domingo. Lo que antes considerábamos normal en un bar, en un restaurante o cualquier medio de trasporte público hoy ya lo vemos en algunos centros comerciales y en algunas grandes tiendas.
Según he podido leer, abrir los domingos no supone un aumento de las ventas, sino que las ventas semanales se repartan en siete días en vez de los cinco días y medio como antes. Y claro, las preguntas surgen ¿Por qué se abre entonces los domingos? ¿Qué se esconde detrás de esta nueva costumbre? ¿Por qué se impide a muchos trabajadores disfrutar con su familia del día que todos tienen libre?
Seguro que podríamos encontrar varias respuestas diferentes, aunque hoy, me gustaría centrarme en esa ideología del consumo que nos esta invadiendo últimamente y que parece se haya convertido en una nueva religión. Una nueva devoción que nos dice que nuestra salvación se encuentra en el consumo, en la capacidad de comprar aquello que queremos. Y así es como los centros comerciales se han convertido en los nuevos santuarios en los que podemos hacer realidad nuestros antojos a través de la compra de cosas y servicios y, como toda religión que se precie tiene también sus momentos cumbre, sus fiestas en las que se puede alabar al nuevo ídolo del consumo.
Así nos encontramos con fiestas  que están consagradas al consumo y a las compras como son las navidades, el “blak friday”, Halloween, las rebajas, San Valentín, el día del padre, de la madre, etc. pero no termina en unas fiestas programadas sino que se llegado a consagrar los domingos para que la gente puede comprar en ese día.
Hemos convertido el comprar en una necesidad tan grande que por eso es necesario que haya gente que sacrifiquen sus domingos para que otros puedan, realmente, cumplir con aquello que es lo más importante, comprar, adquirir bienes y servicios.
No todos somos seguidores de esta nueva costumbre, y creemos que el llamado descanso dominical es más importante que poder comprar en domingo, ¿Qué hacer? pues posicionarnos no solo no comprando nada en los días de fiesta sino comprando el resto de la semana en tiendas que no abran el domingo.
Tenemos que darle importancia a las personas y a su descanso semanal en el mismo día que lo hacen su familia y la mayoría de la gente.

Feliz Día.

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