"Una cosa muerta puede ir con la corriente,
pero sólo un ser vivo puede ir en su contra." (G. K. Chesterton).
Buenos
Días: celebramos la fiesta de san Josafat, con un día que se nos presenta con
todas las cualidades para ser un “gran día”, con un sol que esta con nosotros
desde las 07:40
horas hasta las 17:49 horas.
Ya
tenemos a los nuevos congresistas y senadores preparados para ocupar sus
puestos, es por lo tanto hora de ir haciendo una lectura tranquila del
resultado de estas elecciones y de intentar adivinar como se van a comportar
nuestros elegidos.
Quiero
dar mi modesta opinión sobre los resultados, no como un entendido politólogo
sino como un ciudadano de a pie que ha votado. Creo que es indudable que no
hemos puesto el país en manos de nadie, y aunque esto no va a facilitar la
formación de un nuevo gobierno, por lo menos un gobierno estable, creo que en
general las elecciones han sido positivas.
Si
nos preguntamos si después de estas elecciones se va ha respetar más la vida de
las personas, si se va a defender la familia humana mejor de lo que se hacia, si
se va a buscar una educación que mejore en valores y virtudes, si se va a
buscar la paz en contra del odio, si nos hacemos estas preguntas la respuesta
debe ser optimista pues vamos hacia un sociedad más justa. Y yo, me alegro.
Ya
se que algunos calificaran este optimismo como una falta de visión de la realidad,
que no admitirán con normalidad, la sensatez, el amor a nuestro país, el
respeto a la vida, la defensa de la familia y que lo pueden calificar como una
postura extrema. Lo se, se que para muchas personas todo lo que suene a
“tradicional” lo sitúan en un extremo, lo intentan apartar de en medio y lo
rodean de un velo oscuro.
Parecería
que hay que distinguir entre una cuestión moral y una cuestión meramente
política, como si hubiera cuestiones políticas que no revistieran ningún carácter
moral. Creo que es una posición errónea. Mi postura es que no se puede distinguir
entre temas morales y meramente políticos, porque la política debe ser una
parte de la moral y todas las decisiones políticas deben ser entendidas según
los principios de la moral.
Pero,
¿de qué moral hablamos? ¿La moral católica? ¿La “moralidad” del relativismo?
¿La amoralidad de unos o la inmoralidad de otros? Ya se que debe haber una
cierta separación entre el Estado y una moral concreta, pero no creo en la
separación de la moral y la política, porque la moral es justo una visión del
mundo, todo el mundo tiene alguna y es importante saber cuál es.
Que
cada cual saque sus conclusiones. Yo prefiero quedarme con un congreso más
plural, más justo, más representativo de todas las formas de entender la moral
y la política. Un congreso que es fácil que no llegue a formar un gobierno, y
si consigue hacerlo realidad no creo que sea muy estable pero donde están
representadas parte de mis ideas y que van a ser defendidas sin fanatismos de ningún
tipo.
Y
finalizo, creo que todo lo que no sea seguir el camino de una defensa de la dignidad
de la persona, es un camino muy incierto, y que no hay ley humana que consiga
que, mediante el diálogo, lo que es falso se convierta en verdadero. Por esto confío
en el próximo Congreso.
Feliz
Día.
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