"Una cosa muerta puede ir con la corriente,
pero sólo un ser vivo puede ir en su contra." (G. K. Chesterton).
Buenos
Días; con el amanecer a las 07:34 horas, empezamos este día en el que se celebra
la fiesta de san Severo, con un sol que nos acompañara hasta las 17:55 horas y
un viento que continuará molestando un poco. Por cierto, una temperatura en el
balcón de 16,3 grados.
Es
tiempo de elecciones y por lo tanto lo es también de democracia. Nunca viene
mal recordar y muchas veces aprender que se entiende por democracia, una
palabra que se usa para casi todo a lo que le queramos dar veracidad, una
palabra que es la más maltratada de las ultimas décadas.
La
democracia debe tener valores, sin valores esta inmersa en una incertidumbre
moral, y cuando la utilizamos en la esfera política, tiende a convertirse en un
totalitarismo visible o latente. Hay que tener en cuenta que el fundamento de
una sociedad democrática se encuentra en el estado moral e intelectual de un
pueblo. Desde luego, el fundamento de la democracia no puede ser el relativismo
moral, aunque solo sea porque el relativismo moral no fundamenta nada.
Si
estamos de acuerdo en lo anterior, no tenemos más remedio que aceptar que una democracia,
en una sociedad que no respete los valores objetivos, será el camino, no de
gobierno sino de desgobierno, no de desarrollo social sino de corrupción de la
sociedad, no de la libertad sino del permisivismo, no del progreso sino del
regreso a formas salvajes de vida. Más que democracia, será demagogia.
Hay
que entender también que otra condición para la democracia es el pluralismo,
que no es otra cosa que reconocer los diferentes caminos que la libertad sigue
en la búsqueda de lo que podríamos llamar verdad política. Por lo tanto, la democracia
es una forma de gobierno en la que el pueblo designa a sus gobernantes; pero es
también, y principalmente, un régimen de libertad. Sin libertades personales y,
de modo fundamental, sin la libertad de ser persona, en el sentido propio de
esta palabra, no hay democracia, aunque haya votaciones. Solo por votar no se
es persona, ni las elecciones son la democracia; ambas cosas son instrumentos
para la libertad y para la democracia, mas no son la democracia ni la libertad.
¿A
dónde quiero llegar? Quiero llegar a la conclusión que la democracia no puede existir
si se considera que es el régimen de la incertidumbre, la organización de la
sociedad que permite vivir sin valores.
Y
ahora, pensemos donde se encuentran los valores y dignidad de la persona, para
que próximo domingo seamos verdaderos demócratas.
Feliz
Día.
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