"Una cosa muerta puede ir con la corriente,
pero sólo un ser vivo puede ir en su contra." (G. K. Chesterton).
Buenos
Días: en la fiesta de san Leandro parece que nos va a costar un poco ver el
sol, de momento a las 07:41 horas no a sido posible, espero que hasta las 17:49
horas tengamos tiempo de poderlo disfrutar.
Cuando
era joven, recuerdo que, antes de comenzar a tratar o discutir cualquier tema
nos gustaba aclarar que era lo que entendíamos por tal palabra cada uno de nosotros,
y recuerdo que era muy importante para que la discusión avanzase y llegase a
ser productiva. Digo todo esto porque es lo que voy a hacer ahora.
Hace
días que estoy oyendo y leyendo, sobre todo ayer, como se utiliza sin hacer
ninguna aclaración más la palabra; “progresista”, “gobierno progresista” o “ideas
progresistas”. Frases o palabras que sin una aclaración dicen muy pocas cosas
salvo que se falsifiquen su significado y se altere su concepto.
Según
mi opinión, por progresista entiendo una persona que está a favor del avance de
la humanidad, es decir que está a favor de la promoción y del respeto a los
derechos humanos. También entiendo que retrógrado es quien no respeta o combate
estos derechos. Me parece una precisión importante.
Como
cristiano que soy me gustaría saber porqué, ya que soy un decidido partidario
de los derechos humanos, por definición soy reaccionario o carca y no progresista.
Y si me estáis diciendo que el progresismo consiste, como oigo constantemente,
en defender el aborto, la eutanasia, el divorcio exprés, la ideología de género
y todas las formas de familia menos la natural, pensaré, por no emplear ninguna
expresión hiriente, que mi interlocutor o no se ha leído la Declaración de Derechos
Humanos o no le sobra el sentido común.
Últimamente
veo que entre el relativismo moral tan de moda y la disciplina de partido,
resulta que es un grupo muy reducido de personas, determinan lo que está bien y
lo que está mal, y es a ellos, quienes presuntamente hablan en nombre de la mayoría
que les vota, quienes deciden cuáles son los valores que hay que aplicar.
Precisamente
porque siempre trato de defender los derechos humanos, pienso que es
intolerable y claramente totalitario que se trate de interpretar la Declaración
de Derechos Humanos como se quiera, incluso dando una bofetada a la gramática y
al sentido común.
Por
eso no me gusta que me vengan diciendo, por ejemplo, que el aborto es un
derecho. No lo es ni para el hijo que no nace ni para quien participa en él. Por
ello pienso que sus defensores no pueden denominarse progresistas pues
consideran que la vida humana no tiene valor.
Lo
mismo creo de quienes se declaran de hecho a favor de los terroristas contra
las victimas, como algunos partidos o políticos que se van a sentar en el
Congreso, no pueden ser progresistas, son retrógrados porque van en contra de
los Derechos Humanos.
Lo
tengo que volver a decir, mi ideal político es la Declaración Universal de Derechos
Humanos de la ONU. En efecto, como cristiano, no puedo amar a mi prójimo si no
empiezo por respetarle. Por ello lo que tengo que decir es que podéis tener las
ideas políticas que os dé la gana, siempre que respetéis y defendáis los derechos
humanos. Con el paso del tiempo cada día estoy más convencido no sólo de la verdad,
sino también de lo acertado de este consejo.
Y,
por supuesto, la persona, sindicato, partido o grupo religioso que no se proponga
defender los derechos humanos que no cuente conmigo, mejor dicho que cuente que
me va a tener enfrente.
Feliz
Día.
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