“Un gran número de personas están en este momento prestando demasiada atención a la sal de la vida y más bien poca atención a la vida”. (G. K. Chesterton).
Día 59. 25 de julio de 2024.
Capmany --- Gerona.
Distancia: 53’99 km.
Media: 15,99 km/h.
Desnivel positivo: 407 m.
Si no pasa nada fuera de lo normal,
mañana voy a cumplir 60 días de viaje, habrán sido dos meses que se han pasado
casi sin darme cuenta pues se pierde la noción exacta del tiempo al ir cada día
organizando un viaje distinto.
Tengo claro que cada persona ve un
viaje de forma distinta, a mi me gusta no englobar en un viaje todas las etapas
ya que prefiero que cada día sea un viaje completo con su recorrido, sus
dificultades, sus peculiaridades, su meteorología y sus puntos de interés.
También son diferentes las
motivaciones por las cuales nos ponemos en marcha, como lo son las motivaciones
últimas de todos nuestros actos. Basta solo comparar las motivaciones según dos
grandes cosmovisiones enfrentadas dentro
de nuestra cultura: la cristiana y la atea individualista.
Veámoslo rápidamente. Los cristianos
y otros creyentes solemos obrar mal con mayor o menor frecuencia, pero la
religión nos hace ver que hemos obrado mal y nos mueve al arrepentimiento. En
cambio, en nuestra cultura postmoderna, una gran cantidad de pensadores individualistas
que explican las ventajas de la autoestima tratan de hacernos creer que el
pecado no existe, que el sentimiento de culpa es algo enfermizo y que debemos
dejar de preocuparnos tanto por los demás y buscar primordialmente nuestra
propia felicidad. Por eso es fácil que las personas con ese egoísmo
"racionalizado" apenas puedan convivir entre sí pacíficamente, no
digamos ya de un modo armónico y fructuoso. Quien piensa que "el hombre es
una pasión absurda" y que "el infierno son los otros", Sartre es
un ejemplo, se sentirá menos inclinado a una vida de abnegado sacrificio por
los demás y más inclinado al suicidio que un cristiano, que considera que la
vida está llena de un sentido trascendente y que espera, por la misericordia de
Dios, alcanzar la plenitud de la vida eterna más allá de la muerte.
Pese a todo lo anterior más todo lo
que dije ayer, nuestra civilización occidental aún sigue funcionando, más o
menos; pero si lo pensamos un poco nos daremos cuenta que sobrevive por los
residuos de la cosmovisión cristiana que providencialmente quedan en ella y que
muchos quieren disolver lo antes posible.
En fin, seguimos volviendo poco a
poco a casa, que no al final del viaje.
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