“Cuando las cosas malas son malas, las buenas se hacen buenas en un estallido apocalíptico. Algunos son tristes porque no creen en Dios; pero muchos más lo son porque no creen en el demonio”. (G. K. Chesterton)
Día 58. 24 de julio de 2024.
Maureillas-Las- --- Capmany.
Distancia: 24,53 km.
Media: 13,14 km/h.
Desnivel positivo: 288 m.
Ya lo dije ayer, hoy iba a ser un día
tranquilo y con pocos kilómetros, y suerte, pues ha sido el día más caluroso de
lo que llevo de viaje. He llegado muy pronto, antes de las 11 de la mañana y
por primera vez he acudido a la piscina hasta la hora de comer. Aunque debo
añadir que no he tomado el sol, he estado en la sombra.
Han sido más de dos horas sin hacer
nada, acostado en una tumbona sin que físicamente realizase ningún movimiento,
no puedo decir lo mismo de la mente, salvo que en algún momento donde supongo
que me habré dormido, mi mente no se ha puesto en blanco.
Entre las muchas cuestiones que han
pasado por mi cabeza una que me ha resultado interesante es como han cambiado algunas
definiciones y por lo tanto como son entendidas con el transcurso de los
siglos. Si ahora buscamos la definición que nos dejo Aristóteles sobre la
amistad y la comparamos con la que nos dejo Freud veremos como esta cambiando
el mundo, como, según mi opinión va decayendo poco a poco.
Aristóteles nos decía que la amistad
entre dos personas es una unión espiritual: "La amistad es un alma que
habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas." En cambio
bastantes siglos después, Freud nos dijo que la amistad y la camaradería son
básicamente un amor erótico inhibido en su fin sexual. Hay una gran diferencia
y sus consecuencias son más que evidentes.
Podemos ver un resultado parecido si
comparamos la filosofía política de Santo Tomás de Aquino, que se basa en
buscar el bien común, con la de Nicolás Maquiavelo, que se centra en buscar y
conservar el poder.
Todos estaremos de acuerdo que hoy
Maquiavelo tiene más seguidores que Tomás de Aquino.
Otra comparación interesante es el
fundamento de los derechos humanos basados en el derecho natural medieval y el
positivismo jurídico de los últimos siglos. Según el derecho natural, cada
persona humana tiene un valor infinito porque es un ser racional creado por
Dios a su imagen y semejanza. Todos los seres humanos son ontológicamente
iguales porque todos ellos (y sólo ellos, en nuestro universo material)
comparten una misma naturaleza racional en virtud de su creación. Dios nos ha
dotado a todos de ciertos derechos humanos inalienables, inherentes a nuestra
naturaleza humana inmutable. Uno de esos derechos humanos que el Estado no nos
puede dar ni quitar es el derecho a la vida.
Si ahora vemos, el fundamento de los
derechos humanos según el positivismo jurídico es un terreno muy pantanoso: la
ley positiva promulgada por el poder estatal, que en nuestras democracias
depende de mayorías legislativas variables. ¿Se mantendrá la creencia en la
igualdad esencial de todos los seres humanos allí donde se reniega de todas las
esencias? ¿Se conservará en aquellos que sólo creen en la fuerza de la lucha
por la vida, en pos de la supervivencia del más apto? Si la nada es nuestro
origen y nuestro destino, entonces no hay nada que pueda llamarse bueno o malo
en un sentido absoluto: en última instancia no habría ningún acto humano bueno ni
malo, porque la existencia humana carecería de toda finalidad trascendente.
Todo debería juzgarse según los cambiantes deseos, intereses, pensamientos y
circunstancias de cada sujeto o cada sociedad. Por esta vía podría regresar a
nuestra civilización la esclavitud, por ejemplo.
En cierto modo ya ha regresado: pensad
por ejemplo la experimentación con embriones humanos, la congelación de
embriones humanos y el alquiler de vientres. Los embriones humanos son
individuos de la especie humana. Si nuestra democracia puede decidir que esos
individuos humanos no tienen derechos humanos, entonces no se ve por qué, por
los mismos medios democráticos, otras minorías no podrían sufrir una
discriminación semejante. De hecho, ello ya ocurre mediante la actual tendencia
a la legalización de la eutanasia y el suicidio asistido.
En fin lo dejo aquí, de momento,
mañana tal vez reanude mis pensamientos en la piscina.
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