“Hay una clase de crítica que nos recuerda que hemos leído un libro y hay otra clase, mucho mejor, que nos convence de que nunca lo hemos leído”. (G. K. Chesterton)
Día 53. 19 de julio de 2024.
Toulouse --- Avignonet-Laurais.
Distancia: 54,14 km.
Media: 15’57 km/h.
Desnivel positivo: 184 m.
Después de varias semanas he vuelto a
cruzar una gran ciudad, Toulouse, la verdad es que ha sido fácil, algunos
semáforos y seguir el canal, nada complicado salvo el volver al trafico y a los
paso de peatones que ya tenia olvidados.
Voy a tocar un tema que aquí en
Francia esta muy de moda y que en España empieza a serlo, no es otro que la inmigración.
Yo creo que es un fenómeno que no se
puede evitar, se puede regular pero la migración al igual que la economía que
la provoca, existe. No creo que estemos en unos máximos históricos de la
migración, lo que esta sucediendo es que las formas se han invertido. En España
antes predominaba la emigración, ¿quién de nosotros no tiene un antepasado que
migró al extranjero a mitad del siglo pasado? Y ahora nos hemos convertido en
un país donde predomina la inmigración.
Una migración de una comunidad a otra
es fácil y la podemos ver todos los días, valencianos que van a trabajar a
otras comunidades los vemos continuamente, no se necesita de unos recursos económicos
muy grandes, sin embargo una migración internacional ya es otra historia,
requiere grandes recursos en primer lugar económicos. Con esto lo que estoy
intentando decir es que son las clases más desarrolladas de los países de
origen las que protagonicen las migraciones internacionales. Las clases más
pobres no pueden costearse una migración de largas distancias.
Veamos, según un país se va
desarrollando y las personas van teniendo una mayor formación esto estimula la
migración internacional hacia países más ricos con demanda de empleos. Una vez
que ese país de origen sigue desarrollándose cambia la tendencia y el balance
entre inmigrantes/emigrantes da un saldo positivo a favor del primero. En ese
sentido nuestro país es un ejemplo claro. Resulta que a mitad del siglo pasado
emigramos a Alemania, Francia o Venezuela y después del fuerte desarrollo de
los años 60 y el desarrollo contemporáneo una vez dentro de la Unión Europea
con la democracia asentada somos un país donde predomina la inmigración. Por lo
tanto esto nos muestra que la transición migratoria es un proceso largo.
Yo veo que la mayor cantidad de
ilegales se produce por quedarse más allá del tiempo estipulado en un visado.
Por lo tanto el tráfico de migrantes es una reacción a los controles
fronterizos y no la causa de la migración ilegal.
Ahora tengo que mencionar un aspecto complicado
sobre la migración, la delincuencia. No creo que aumente con los inmigrantes,
pues ellos son los más interesados en quedarse y conseguir el permiso de
residencia, sobretodo los ilegales que van a intentar estar lejos de la policía
pues una detención les podría provocar la deportación.
La cuestión de la integración es
diferente, pues la integración de las segundas y terceras generaciones donde sí
podemos encontrar niveles altos de delincuencia se produce más por un problema
de marginalidad y pobreza que no por una cuestión étnica o cultural. Este es
quizá el gran desafío: la integración de las generaciones de los hijos de los
inmigrantes que finalmente han decidido quedarse entre nosotros.
Es curioso por ejemplo: la diferencia
entre la demanda de trabajadores extranjeros y el número de canales de
inmigración legal que permite su entrada. Ello va a contribuir a llevar la
inmigración hacia la clandestinidad y facilita la extendida explotación a los
trabajadores migrantes.
Otra cosa a resaltar es que si la
demanda de empleo es alta es difícil impedir que la gente venga. Aquí hay que
aclarar que aunque tenemos unos altos índices de paro este no se reparte por
igual en todos los sectores. Hay muchos puestos de trabajo que no son ocupados
por los trabajadores españoles a pesar del gran desempleo que tenemos. Pensemos
en esa señora que cuida de la abuela, o en la que recoge a los niños en el
colegio. O en ese señor que trabaja de jardinero o en el campo.
El inmigrante no es tonto. Y si
emprende un viaje tan largo y peligroso es porque ve una posibilidad de mejorar
a la larga en un sitio donde sabe que hay demanda de trabajo. No es un viaje
“ciego” e irracional.
Por cierto, inmigrantes trabajando de
forma legal y no deambulando por las calles tiene un efecto beneficio, en
primer lugar, para ellos mismos no sólo a nivel económico sino para su dignidad
como personas y las de sus familias. Y, por otra parte, evita la percepción de
algunos de nosotros de que nuestros impuestos no van a parar a personas que no
están haciendo nada y que han entrado de forma ilegal.
Más cosas, estoy seguro que los
beneficios económicos de los trabajadores migrantes favorecen más a las élites
económicas. Así si la situación es mala para las clases trabajadoras más
desfavorecidas tenemos el terreno abonado para que algún autócrata sin
escrúpulos pueda hacer de ellos un chivo expiatorio aunque la situación no sea
culpa de los inmigrantes.
Nos tenemos que replantear
radicalmente el tema migratorio. Tal y como se gestiona hoy en día el tema
migratorio los únicos beneficiados son las mafias. No tiene sentido la cantidad
de gente que muere en un viaje peligroso e incierto. No tiene sentido que
necesitemos gente para ocupar puestos de trabajo y que tengan que venir a
trabajar de forma ilegal. No tiene sentido traerlos porque necesitamos que
ocupen ciertos puestos de trabajo para condenarlos a la marginalidad.
Unas fronteras “semipermeables” en
función de permisos de trabajo, acompañado de las suficientes vías legales de
entrada son absolutamente necesarias.
Y ya para finalizar, nuestro miedo a
que personas con otra religión, costumbres… cambien nuestro modo de vivir, nuestras tradiciones.
¿Cuál es el camino para una integración verdadera? El camino adecuado y posible
es el testimonio. Nuestra identidad, expresada con nuestro testimonio, es
precisamente la que hace posible el encuentro con el otro. ¿Tenemos una
identidad que expresar porque la hemos recibido como un don gratuito?
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