¡¡¡Buenos días!!!
Decía ayer que depender solamente de los hombres
nos puede salir mal, Y eso nos decepcionara. Las mejores personas se van a
equivocar, van a cometer errores y todos van a morir.
Por supuesto que debemos estar agradecidos a todos
los que nos han ayudado, hay que amarlos y también honrarlos. Pero nunca hay
que poner toda nuestra fe en ninguna persona, aunque sea el más bueno y sabio
de toda la tierra. Mirad, con la arena de la playa se pueden hacer maravillas,
las vemos muchas veces en la playa, pero no debemos intentar construir nuestra
casa sobre ella.
Es fácil que, durante estos últimos días, aunque lo
haya intentado, no he explicado bien lo que se nos dice tantas veces a los
cristianos; de que hemos “nacido de nuevo” o como “haciéndonos en Cristo” o
diciéndonos que Jesús se está “formándose en nosotros”. Tal vez este equivocado
en esas explicaciones y no sean las adecuadas, pero son a las que yo he podido
llegar.
Lo que tengo claro, es que, hay que quitarse de la
cabeza la idea de que lo que tienen que hacer los cristianos es leer lo que
dijo Jesús y luego intentar hacerlo de la misma manera y forma que leemos a
Aristóteles y luego intentar ponerlo en práctica. Pues, significa algo mucho
más importante que eso.
No se trata de un hombre bueno que murió hace dos
mil años, se trata como bien sabemos los cristianos de algo más.
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