“Los cuentos de hadas superan la realidad no porque nos digan
que los dragones existen, sino porque nos dicen que pueden ser vencidos” (G. K. Chesterton.)
Sainte
Marie la Mer, Proche de Perpignan – Narbonne.
DISTANCIA:
64 KM.
MEDIA:
11,35 KM/H
ALTURA
SUBIDA: 283 METROS.
Hoy hemos dejado aparcado el coche y hemos
empezado un viaje de varios días con las bicicletas y todo el material de
viaje. Recordaba mientras cargaba la bicicleta esos mensajes “buenistas” del
tipo de “quien la sigue, la consigue” o “todo esfuerzo tiene su recompensa”.
Resulta que, pese a no dudar de su trasfondo
inocentemente esperanzador, se quedan un poco vacíos si los razonas un poco
(porque creo que, si no vas a rascar, no puedes descubrir qué te pueden
ofrecer). ¿Qué pasa si me esfuerzo y no consigo lo que quiero? ¿Qué pasa si me
esfuerzo, pero lo que alcanzo no es ni de lejos mi sueño? ¿Qué narices es un
sueño?
Creo
que una de las premisas clave en todo proceso de aprendizaje que es la vida es
asumir que no siempre querer es poder y que tampoco sin esfuerzo consiguiere
siempre lo que quiero. Pero, una vez llegados hasta ahí, también tengo que
aceptar que a veces, lo que considero que es un sueño puede estar lejos de lo
que esperaba. Porque en ese camino de “conseguir”, voy dejando trocitos de
“ideales” que me llevarán al punto de partida, pero jamás al punto de llegada. El
problema es que si pongo demasiadas esperanzas en conseguir algo que espero que
sea lo mejor del mundo, es bastante probable que termine decepcionando. Que me
encuentre henchido de satisfacción dos minutos, pero profundamente desolado
ante el resultado.
Por lo
general las personas damos demasiada importancia a los “caprichos”, esos impulsos
momentáneos, aunque a veces se alarguen en el tiempo, con las que nos
obsesionamos y para las que creemos estar destinados, sin darnos cuenta de que
lo que realmente pesa en la vida, nos dirige y nos sana el vivir no tiene mucho
que ver con el objetivo. Tiene que ver sobre la manera en que enfocamos
nuestras ganas, nuestras motivaciones y, al final, nuestras virtudes. Versa
sobre la forma en que das vida a lo que sabes que hay en ti. Versa en cómo le pides
para que te respalde, te colme de paz y sosiego en todo proceso de anhelo.
Porque es bueno tener objetivos, pero no es bueno sólo tenerlos a ellos.
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