¡¡¡Buenos días!!!
Una parte de lo que me atrevo a llamar “escuela
liberal clásica” me viene a decir que: “Cada uno puede hacer con su cuerpo lo
que le dé la gana”. O sea, soy libre y si quiero vender mi cuerpo, puedo
hacerlo. Mi cuerpo me pertenece y puedo venderlo a cambio de dinero, puedo
alquilarlo para concebir un hijo para otra mujer o para otro hombre.
Y siguiendo la misma línea puedo defender la
pornografía. O la eutanasia y, por qué no, el suicidio o el tráfico de órganos.
¿Qué tiene de malo el dinero?
Podemos ver que hoy en día todo se puede conseguir
con dinero. Sin embargo, no podemos comprar la verdad ni el bien. No puedo
comprar un segundo más que añadir a los días de mi vida.
Pero el dinero no puede comprar la verdad ni el
bien. El dinero no puede comprar la salvación de tu alma ni puede comprar un
segundo más que añadir a los días de tu vida.
No voy a juzgar ahora ni a condenar a ninguna
persona que haya recurrido a la llamada “gestación subrogada” para tener un
hijo. No es mi tarea ni creo estar preparado para ello.
A mí me toca recordar algunas cosas que muchas
veces olvidamos al pensar en este tema. Es un grave error utilizar el cuerpo de
una mujer para gestar un niño a cambio de dinero. Eso parece claro que es una
forma de prostituir a la mujer. Tengo que insistir que el cuerpo de una persona
es sagrado y no es lícito comerciar con él. Por ejemplo, con la prostitución,
es una gran falta moral ejercerla y mucho más grave aún “consumirla”. No se es
nada respetuoso con la dignidad de la persona pagar a cambio de mantener
relaciones sexuales con una mujer. La mujer puede tener el atenuante de la
necesidad económica pero el putero no tiene justificación alguna.
El cuerpo de una mujer – lo repito – es sagrado. Mancillar
el cuerpo de una mujer es asqueroso y repugnante. Una mujer no se debe comprar
ni vender. Maldito es el dinero si sirve para comprar el vientre de una mujer.
O el que paga sus “servicios”.
Nadie tiene derecho a ser padre o madre. Eso es un
don que se nos da, no un capricho de millonarios.
¿Qué tiene de malo el dinero? ¿Qué tiene de malo
pagar a una mujer para que durante nueve meses lleve en su vientre a un niño
que luego será el hijo de otro o de otra? Pues tiene de malo que una mujer
no es un medio para un fin. Un ser humano no es para ser una cosa que se compra
y se vende. El fin no justifica los medios: un fin supuestamente bueno
(tener un hijo) no justifica alquilar un vientre. No vale todo. La dignidad de
la mujer no se compra ni se vende. Es inmoral usar el cuerpo de una mujer a
cambio de dinero.
El dinero como fin en sí mismo lo ensucia todo, lo
corrompe todo. ¿Es malo el dinero? Claro que no. Todos necesitamos el dinero
para poder vivir con dignidad y sacar adelante a nuestras familias. Pero
todo debe subordinarse a conseguir el bien común. No se puede ni se debe pecar
para enriquecerse: por dinero, no se vende el cuerpo de nadie ni se alquila; no
se debe mentir ni engañar por dinero; no se debe traicionar a Dios por dinero.
Ni se debe utilizar a Dios para ganar dinero. Ni se debe explotar a los
trabajadores por dinero. Ni las personas son medios para ganar dinero. Ni los
periodistas deberían vender la verdad, su dignidad y su integridad para
convertirse en portavoces de los intereses de los políticos.
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