“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton).
El tercer día de este viaje coincidía con el 30 de agosto de 2020, y me desplace desde Enguera hasta las Casas de la Hunde, en el termino municipal de Ayora.
Todo fue nuevo, los 68 kilómetros fueron soberbios, el paisaje y la suave cuesta que duro los 26 primeros kilómetros hicieron que tras descender hasta Ayora me encontrase pletórico, y me di cuenta que el estado mental y el físico no se miden con los mismos valores.
Así que nada más empezar los últimos 16 kilómetros me di cuenta que no “todo el bacalao estaba vendido”, me costo llegar, pero llegue y valió la pena.
No recuerdo haber estado nunca en Ayora, solo recuerdo haber pasado una vez camino de Cofrentes, y he visto que se merece hacerle una visita más detallada.
No visite ni su Castillo ni la Iglesia de Santa María la Mayor que esta en la zona amurallada, solo realice una visita a su Iglesia Parroquial que esta dedicada a Nuestra Señora de la Asunción.
Aunque para llegar tuve que pasar y ver su Plaza Mayor con la Lonja, la calle Marquesa de Zenete y la calle San José que merecen ser paseadas con más clama, a la próxima.
Me he dado cuenta que para hacer un poco de turismo hay que reducir los kilómetros diarios, sino no hay forma, llegas al camping demasiado agobiado, salvo que decida parar donde me venga bien sin ponerme un objetivo diario.
Estoy un poco desconectado de como van los rebotes del covid-19, y no se si los municipios que voy a visitar están confinados o no, he decidido no controlarlo para ir más relajado, y es que estoy seguro de que si me detuviera a mirar bien como esta evolucionando la pandemia me volvería para casa.
Estoy tomando todas las medidas que puedo, creo que no puedo hacer nada más, salvo tal vez volver a casa y recluirme.
En fin, continuare informando cuando pueda.
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