viernes, 25 de septiembre de 2020

Día: 19 de septiembre de 2020.

 "Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton)

La etapa de hoy es de las míticas en el Camino, se pasa por la Cruz de Hierro donde la tradición dice que hay que dejar la piedra que se ha llevado desde casa, yo desgraciadamente en esta ocasión no la traje. 

Estamos en el sábado 19 de septiembre y fuimos desde Rabanal del Camino hasta Villafranca del Bierzo, 61 kilómetros de los qué los más duros no fueron los de la subida sino los de la bajada donde la niebla y el frío viento provocaron que me helara, pero todo termino al entrar en Molinaseca. 

Recorrido de pequeñas aldeas a las que la niebla y el frío dotaron de ese misterio que siempre nos dan las altas montañas y los valles profundos. 

En cambio, el castillo templario de Ponferrada ya me esperaba con un sol deslumbrante, son cosas de la meteorología en las montañas. 

Pasar del frío al calor, de la niebla al sol deslumbrante con rapidez no es algo a lo que estemos acostumbrados los que vivimos al lado del Mediterráneo.

Y eso que el cambio en nuestras vidas es constante, diría más imparable y necesario. Es verdad que muchas veces nos cuesta aceptarlo y es que cualquier cambio, por pequeño que sea, lleva consigo una perdida, una renuncia. 

Y es que los cambios y la vida van de la mano, si es inevitable, no hay que resistirse. Lo tenemos que asumir y así podremos ser alguien nuevo cada día. Hay que aceptar los cambios y seguir adelante. 

No podemos hacer nada para detenerlos, hay que estar predispuestos a afrontarlos. Me viene ahora la memoria esa frase genial de Heráclito que lo expreso magníficamente: “Nadie se baña dos veces en el mismo río”. Y es verdad cuando regresamos a un mismo cauce, las aguas no son las mismas ni tampoco nosotros somos aquellos que fuimos. 

Lo mismo e paso a mi paso por Astorga y en el Rabanal, y seguro me sucederá durante el resto del viaje. 

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