“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton).
Cuarto día de este viaje, estaba en la Hunde y corría el ultimo día de agosto, a los pocos kilómetros de comenzar iba a entrar en la Comunidad de Castilla la Mancha, podía decir que ya había subido a la meseta y que las largas y duras subidas se habían terminado.
Había acertado, buenas carreteras y un desnivel negativo hicieron que los 68 kilómetros se recorrieran casi sin darme cuenta, llegue con tiempo suficiente a Mahora para poder pasear y disfrutar de este bonito pueblo castellano y visitar la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora.
Unas horas antes había hecho una parada en Valdeganga para acercarme a la Iglesia de la Purísima Concepción.
Paradójicamente, en estos días me estoy dando cuenta que se ve con buenos ojos al que prescinde en sus comentarios de su fe. Y por el contrario, se ve con sospecha al que igual que yo habla o escribe sobre su fe.
Hablar por ejemplo de la Virgen María y de los templos que están a Ella dedicados o de la fe personal, especialmente si es la católica, parece ser que es un tema innombrable hoy en día, si quieres avanzar en esta sociedad; y si quieres avanzar en cualquier ambiente parece que lo mejor es prescindir de nuestra fe, o resérvala como un asunto privado, como si fuese un asunto que nada o poco tiene que ver con la vida y con los asuntos sociales, oficiales o laborales etc…
Me da la impresión, de que muchos no se dan cuenta que, al quitarle la componente de fe a la vida, la vamos a convertir, sin solución, en una vida apagada, gris, sin mucha luz, y a veces demasiado oscura.
Ya se, que hoy, muchas personas siguen sin preocuparse de este tema, que se creen muy inteligentes porque saben algo de la vida, pero estoy seguro que les falta el ingrediente que hace posible saberlo todo.
En fin, continuamos viaje.
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