martes, 22 de septiembre de 2020

17 de septiembre de 2020

 "Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton)

Día extraño este jueves 17 de septiembre de 2020, un día en el que esperaba una lluvia que no apareció. 

Día nervioso en el que no quería mojarme, y en el que tome la    decisión de llegar pronto a San Justo de la Vega para que no me sorprendieran las tormentas que anunciaban y que no llegaron. 

Decidí no entrar en Astorga y esperar a mañana para encontrarme con el camino francés. 

La lluvia no acudió a  su cita, es verdad que la gran humedad y un poco de niebla dejaban unas ligeras gotitas en el cristal de las gafas, pero eso no es lluvia. 

 Y es que hay que ser puntual, y para serlo primeramente debemos ser conscientes que toda persona, evento, reunión o cita tiene su grado particular de importancia

En el caso de la lluvia, es verdad que no me lo dijo personalmente pero si me lo comentaron los que están encargados de ello. 

En el caso de las personas, nuestra palabra debería ser una garantía para contar con nuestra presencia en el momento preciso que hemos acordado.


 Es curioso, pero nos encontramos a veces con personas que sienten “distinguirse” por su impuntualidad, llegar tarde es una forma de llamar la atención. Son las personas que suelen decir:"si quieren, que me esperen”, “para qué llegar a tiempo, si…”, “no pasa nada…”, “es lo mismo de siempre”.

Estas y otras formas de actuar parecidas me parecen a mí que son un reflejo del poco respeto, ya no digo aprecio, que se siente por las personas, su tiempo y sus actividades. 

En fin, que la falta de puntualidad de la lluvia me esta marcando la agenda de estos días.

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