miércoles, 9 de septiembre de 2020

Décimo día, 06/09/2020

"Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton). 

Vayamos a por el décimo día, domingo 6 de septiembre de 2020. Recorrimos el trayecto desde Piedrabuena hasta Horcajos de los Montes, con 64 emocionantes kilómetros, perfectos para el cicloturismo, suaves colinas en medio de los bosques y llanas praderas para que la vista se desplace lejos. 

Y para terminar el camping esta abajo y no arriba como suele ser habitual. 

Las cosas buenas de la vida, como los días en un viaje en bicicleta son un eterno mecerse, buenos días hacia adelante, y malos días hacia atrás, como una mecedora que no para de balancearse. Casi nunca se detiene en el centro de los día pasables, tan sólo una pequeña pasada en el que se mantiene el equilibrio, luego otra vez a columpiarse. 

Nosotros como si estuviéramos en una mecedora intentamos mantener la mirada en nuestro camino, como escarbando en los recuerdos del pasado en un instante, y escrutando en las incertidumbres del futuro al momento siguiente, siempre meciéndonos.

De repente la etapa se inclina hacia adelante, y nuestra mirada se fija en el horizonte, felices de estar en una jornada espectacular.  Son momentos donde todo parece perfecto, el viaje nos sonríe y nos acaricia suavemente, y nos invade una sensación de seguridad y confianza.

Hasta nos parece increíble que kilómetros atrás estuviéramos angustiados y tristes subiendo un puerto. ¿Somos acaso las mismas personas, somos los mismos que no veíamos más que sudores y sufrimientos? 

De repente algo ocurre, y la etapa se inclina hacia atrás. Avanzar parece imposible, la bicicleta esta pegada al suelo, inmovilizada. Una pesada nube se cierne sobre nosotros, y los miedos y nos sofocan. Nuestro pecho parece explotar y querer ser derramado por la carretera, nos doblamos sobre el manillar y nos hundimos en la desesperanza. ¿Somos acaso la misma persona, éramos nosotros aquellos que veíamos la etapa con alegría y confianza? 

¿Por qué nos ocurre esto? ¿Acaso no hay algo que debamos aprender en  mecernos sin parar?

Pues si, debemos estar continuamente aprendiendo.

 

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