“La imparcialidad es un nombre pomposo para la
indiferencia, que es un nombre elegante para la ignorancia.” (G. K. Chesterton)
Buen día el de hoy, con una temperatura no demasiado fría
que me ha permitido entrenar y realizar todas las actividades que tenía planeadas al aire libre sin ningún problema. Mañana un poco más de sol, nos saldrá a las 08:01 horas y se nos marchara a las 18:28 horas.
Ha sido un día en el que no he tenido tiempo para el
aburrirme, pienso que es bueno aburrirse de vez en cuando, no tener nada que
hacer es un buen remedio para relajarse y recuperar fuerzas. Lo que ya es más problemático
es cuando el aburrimiento se instala en nuestro estado de ánimo. Por ejemplo,
el de esa gente que dice que ya lo ha visto todo y que todo le aburre.
Si nos paramos a pensar un poco y miramos a nuestro
alrededor podemos ver a mucha gente que se aburre mucho. Incluso, por ejemplo,
cuando viendo la televisión se pasan tiempo y tiempo haciendo zapping, un rato
pasando continuamente de un canal a otro sin elegir ninguno, al final resulta
que todos les aburren y no se enteran de lo que sucede en ninguno.
Hace unos días me comentaba un conocido que se encuentra
ocioso y aburrido, dejando pasar simplemente las horas sin encontrar nada que
le mueva a hacer algo. Los días se le hacen interminables, me decía que encontraba
todos los días iguales, que todo le cansaba.
El aburriendo, cuando se instala en nuestro ánimo es una enfermedad
difícil de curar. El aburrimiento general no se combate divirtiéndose. Las
diversiones resuelven sólo pequeños instantes de aburrimiento.
Una forma interesante de resolver el problema global del
aburrimiento es enamorándose de la tarea que nos ocupa la mayor parte del tiempo
que en esta vida pasamos levantados de la cama, nuestro trabajo, es difícil aburrirse
cuando nos gusta lo que hacemos. Interesa descubrir el valor grande no solo de
nuestro trabajo sino de cosas que pueden parecer insignificantes. Nada es
inútil. Todo es valioso. El encanto de una actividad se esconde detrás de ese
disfrutar terminando bien las cosas, cuidando esos detalles que hacen que lo
que estemos haciendo sea un sea un verdadero servicio a los demás.
Buenas Noches.
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