martes, 25 de febrero de 2020

¿Qué les da autoridad a las palabras?

“La imparcialidad es un nombre pomposo para la indiferencia, que es un nombre elegante para la ignorancia.” (G. K. Chesterton) 


Día de la “crosta”, es bueno que se mantengan las tradiciones y que las respetemos y, dentro de nuestras posibilidades que participemos en ellas y de ellas.
Pero no quería hablar hoy de tradiciones, tal vez cuando pase la piñata y podamos hablar del conjunto que forman el carnaval, la crosta y la piñata, un conjunto interesante.
Hace unos momentos he oído varias declaraciones que se han hecho en el Senado y me he dado cuenta de que cada día voy teniendo más desconfianza de las palabras, tal vez solo me pase a mi y sea una exageración por mi parte pero me parece que son nada más que palabras vacías.
En todos sitios me encuentro con palabras vacías que no dicen nada y que van dirigidas a los que no quieren escuchar. Veo demasiadas mentiras, demasiadas falsas promesas y demasiada propaganda diseñada para engañar con palabras que no se apoyan en nada. Me han mentido y traicionado demasiadas veces en los medios de comunicación y ahora ando receloso.
La desconfianza en las palabras que oigo es en parte sólo una razón de la debilidad que existe en la palabra hablada, que como suele decirse; “se la lleva el viento”. Pero mis palabras pueden ser verdaderas y aún tener poco poder. ¿Por qué? Porque puede ser que no este hablando con mucha autoridad. Puede ser que mis palabras no tengan lo que necesitan para ser apoyadas. ¿Qué quiero decir con eso?
Como hablar con autoridad. ¿Qué les da autoridad a las palabras? ¿Qué les da poder para convencer?
Todos sabemos que hay diferentes clases de poder. Hay un poder que surge de la fuerza y de la energía. Hay poder también en el atractivo, en un orador dotado o una estrella de rock. También ellos hablan con una cierta autoridad y poder. Pero aún hay otra clase de poder y autoridad, una muy diferente de la del político y la estrella de rock.
Es el poder de un niño, el paradójico poder de la vulnerabilidad, la inocencia y la debilidad. La debilidad es a veces el verdadero poder. Si pones a un político, una estrella de rock y un bebé en la misma habitación, ¿quién es entre ellos el más poderoso? ¿Quién tiene la mayor autoridad? Cualquiera que sea el poder del político o de la estrella de rock, el bebé tiene más poder para cambiar los corazones. Su misma debilidad, inocencia y vulnerabilidad tienen una única autoridad y poder para tocar vuestra conciencia.
Como vemos hay diferentes formas de autoridad, pero tenemos dos elementos que hacen que nuestras palabras sean poderosas: que se cimienten siempre en la integridad de nuestra vida. Que no haya discrepancia entre nuestras palabras y nuestra vida.
Veis porque no he visto autoridad esta tarde en el Senado. Lo que mueve a nuestra sociedad hoy en día es frecuentemente la poderosa energía y el carisma de los medios altamente inteligentes; pero nuestro corazón se mueve por una diferente clase de autoridad.

Buenas Noches.

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