“La imparcialidad es un nombre pomposo para la
indiferencia, que es un nombre elegante para la ignorancia.” (G. K. Chesterton)
Buen domingo el que se esta terminando, ni estar en
febrero ni la niebla que nos ha visitado esta mañana han podido deslucir un
excelente día, hemos tenido todo lo que de bueno se puede pedir para disfrutar
del campo o como se dice ahora de la Naturaleza y eso es lo que hemos hecho.
Pero, hemos hecho más cosas, hemos tomado café, hemos
charlado y hemos llegado a casa con la satisfacción de haber aprovechado este día
de fiesta.
Esta tarde con la “resaca” de san Valentín ha salido en
la conversación del café de media tarde el tema de que; “no existe la pareja
perfecta”. Es una frase que solemos escucharla muchas veces y estoy casi seguro
que la mayoría de nosotros podemos decir que es cierto. Las personas tenemos la
característica de que somos imperfectas y como las parejas están formadas por
personas que tenemos virtudes y defectos, es fácil pensar que una relación
perfecta, sin conflictos ni desencuentros o malos entendidos resulta ilógica e ingenua.
Aunque tenga una buena comunicación y un trato amable con
mi pareja, podemos esperar que surjan ocasionalmente conflictos o diferencias,
y creo que es absolutamente normal, incluso me atrevería a decir que habría que
meterlo como uno de los principios en los que se basa una relación.
Pero, sin embargo, a pesar de que todas las parejas pasan
por momentos complicados, lo que marca la diferencia es cómo se reacciona ante
esos acontecimientos, qué actitud es la que tomamos y cómo llegamos a solucionarlos.
Muchas parejas terminan dando por concluida la relación después de una riña,
pero existen otras que resuelven el problema y logran salir adelante, no sólo
eso, llegan a salir mejor aún de como entraron en la discusión.
Ya se que nadie quiere pasar por una mala experiencia,
por un momento desagradable, pero una vez que nos encontramos en él, hay que
intentar verlo como una oportunidad de mejorar y encontrar nuevos
planteamientos a favor de la relación, de tal manera que algo que parecía ser
totalmente negativo, puede dejarnos una enseñanza positiva y valiosa que,
incluso, en algún momento agradeceremos.
En fin, ante los problemas y las crisis, terminar con la
relación o aprovechar la experiencia para madurar y mejorar nuestra relación va
a depender de nosotros y de la habilidad que tengamos para sacar ventaja de las
adversidades. No hay que tener miedo a los problemas, sino que hay que buscar
siempre la mejor solución como pareja acordándonos que una pareja no pelea uno
contra otro pues están en el mismo
equipo, más bien es un equipo que lucha contra las dificultades.
Buenas Noches.
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