domingo, 2 de febrero de 2020

¿Por qué es un bien conservar el medio ambiente?

“La imparcialidad es un nombre pomposo para la indiferencia, que es un nombre elegante para la ignorancia.” (G. K. Chesterton)


Se está terminando el domingo, solo nos queda de este fantástico día quedarnos con lo positivo que nos ha aportado y esperar que esta noche sea tranquila, y así, mañana a las 08:05 horas cuando amanezca estaremos en condiciones de saborear el nuevo día, que aunque sea lunes no tiene porqué ser un mal día y más sabiendo que se celebra la festividad de san Blas.
Como la temperatura ha sido exageradamente alta para estar a principio de febrero, que hayamos comentado en diferentes ocasiones lo loco que está el clima y lo importante que es conservar el ambiente del planeta tierra no ha sido raro.
Y, estos comentarios de hoy, me llevan a realizar ahora algunas reflexiones: todos estaremos de acuerdo en que toda acción humana debe implicar siempre la búsqueda de algún bien, por lo tanto todo lo que se haga para conservar el ambiente del planeta tierra sigue ese criterio.
Hasta aquí todos de acuerdo, supongo, pero ahora se me ocurre una pregunta: ¿en qué sentido o por qué es un bien conservar el medio ambiente, proteger los ecosistemas, invertir para la mejora del aire, detener los cambios climáticos?
Es una buena pregunta, sobre todo porque las respuestas serán diferentes según las ideas que cada uno tenga. Para unos, proteger el ambiente es algo bueno porque resulta necesario para la conservación de la vida.
Para otros, conservar el ambiente es un deber ético porque no podemos alterar lo que un proceso cósmico y evolutivo de milenios nos ha dejado como herencia para nuestra generación y para las generaciones futuras.
Y habrá otras respuestas, pero si lo pensamos un poco nos daremos cuenta que en todas existe un aspecto que es común: todas aprecian la vida como un bien en sí mismo. Por lo que, todo lo que hagamos por conservarla sería algo bueno, justo y necesario.
Pero, nos surgen ahora otras preguntas que nos muestran lo complicado que resulta este tema, veamos: ¿hablamos de la vida en general o de cada uno de los vivientes en particular?, o esta otra: ¿Qué valor puede tener un ser viviente concreto, destinado a morir, en relación con la esperanza de que otros seres vivientes le sucedan a lo largo de un periodo de tiempo más o menos indeterminado?
Además, ¿cambiaría todo si llegase el momento, que esperamos llegue dentro de muchos miles de años, en el que nuestro planeta fuera destruido o dañado gravemente por fenómenos astronómicos fuera de nuestro control?
No nos pongamos tan dramáticos, pero preguntémonos: ¿qué sentido tiene trabajar por el medio ambiente si explotase en la tierra alguna extraña infección que destruyese a todos los seres humanos en un tiempo más o menos breve?
Esas y otras preguntas muestran cómo la vida, que tanto apreciamos, carece de garantías de continuidad en nuestro planeta, pues factores internos o externos, incluyendo las actividades humanas, basta con pensar en las terribles consecuencias de una guerra nuclear, la amenazan seriamente.
A pesar de todos esos problemas, los esfuerzos por conservar el ambiente buscan un bien importante, porque creemos que la vida o, mejor, que los seres vivos, tienen valor en el conjunto del universo. Y porque también creemos que vale la pena justificar ese valor a la hora de promover acciones que sean eficaces, en la medida de lo posible, para tutelar tales vidas ante peligros presentes o futuros.

Feliz Noche.

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