Día 121, del viaje a la maratón de Valencia.
¡¡¡Muy buenos días!!!
El paisaje que puede verse desde la carretera que lleva hasta la Vall
de Ebo siempre me ha impresionado y, el otro día mientras bajaba con la
bicicleta me pare a admirarlo y pensé: “y si la vida es esto”, detenerse de vez
en cuando y observar lo que nos rodea, dándole el valor que se merece.
Y sí,
cuando me quedo paralizado ante un amanecer o cuando una puesta de sol me deja absorto.
Cuando una pequeña plaza de un pueblo me deja sin palabras. Cuando la belleza
de una iglesia en silencio me sobrecoge… Igual la vida es esto. Ir recorriendo
esos momentos y disfrutandolos. ¿Y si no? O, y si no lo es del todo.
Lo anterior
es una reflexión bastante común, para hacernos reflexionar y a no dejarnos
absorber por las prisas, lo urgente y perdiendo de vista lo bello, lo concreto y
lo importante que nos rodea.
Sin embargo,
aunque me anime y me reconforten esos momentos, no los veo suficientes, no creo
que a la vida le baste solo eso. Estoy de acuerdo con que esos momentos forman
parte de la vida, sí, pero es que una vida es un plan, es un proyecto que tiene
un ¿hacia dónde?, un ¿para qué?, un ¿qué?, y sobre todo y más importante un con
Quién.
Cuando cualquiera
de esos momentos, aunque ya sea que se den entre prisas, entre ese paso lento
que nos permite apreciarlo todo, en el bullicio o en silencio, en las cosas importantes
o en aquellas que solo son superficiales, pero si forman parte de un proyecto,
de “nuestro proyecto”, de tu conmigo. Creo que entonces, de verdad, puedo decir
“la Vida es esto”.
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