Día 116, del viaje a la maratón de Valencia.
¡¡¡Muy buenos días!!!
Hoy es 7 de noviembre de 2025 y estamos a un mes de la maratón de
Valencia, es verdad que no he hablado mucho de la carrera a pie en estas
últimas semanas, pero mis entrenamientos los he ido completando de la mejor
manera posible.
En Strava se pueden ver, solo hay que buscar con mi nombre y ahí están.
Se que mirando todo lo que he realizado sobre todo en la carrera a pie se puede
llegar a la conclusión, seguramente acertada, de que voy a tener una maratón
complicada, aunque yo la definiría más como interesante.
Cuando estamos ya tan cerca, los maratonianos empezamos a sentir una
presión que nos hemos auto impuesto para sacarle el mejor provecho a la
carrera. Pero ¿qué es eso? Ahora, en medio de todo el entrenamiento, sabiendo ya
más o menos lo que va a suceder, no me queda más remedio que pensar que: hay
que vivir el momento. No quiero decir que me tenga que olvidar de correr y
estar de fiesta continuamente, aunque me apetece, pero sé que no funcionaría. Y
es que “vivir el momento” es mucho más.
Lo que quiero decir es que cuando toque entrenar hay que hacerlo con
pasión porque hay que darse cuenta de que ese tiempo es un privilegio y que al
final me gusta. Cuando tenga que disfrutar corriendo, hay que vivirlo con
intensidad, esos momentos me harán falta y los añoraré en los últimos
kilómetros. Cuando toquen esos momentos de descanso que pueden ser muy
aburridos hay que dejar volar la imaginación en ellos, no son una pérdida de
tiempo, estoy seguro. Hay que vivir los momentos de descanso porque sin ellos no
podremos disfrutar de la maratón con intensidad, repito, no son una pérdida de
tiempo.
Vivir el momento no es estar planificando cómo se va a desarrollar la
carrera e intentar tenerlo todo controlado. En una parte está bien, pero tenemos
que vivir también el ahora, sentir, dejarnos llevar y dejar espacio a la
sorpresa.
Hay que tener cuidado de no correr demasiado en estos días. La ambición
por llegar a cumplir nuestro objetivo nos puede hacer quemar etapas, quizás,
demasiado rápido. No hay que caer en eso. No quememos etapas. Vamos
despacio.
Todo tiene su tiempo. Todo llega, pero también todo se pasa. Hay que
vivirlo.
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