Día 117, del viaje a la maratón de Valencia.
¡¡¡Muy buenos días!!!
He estado mirando el recorrido de la maratón de Valencia de este año,
por cierto, es el mismo del año pasado, más que nada, para situarme el día de
la carrera y saber más o menos en que parte de la ciudad estoy.
Al ser un circuito plano no hay mucho que estudiar, solo hay que
controlar donde se encuentra el vértice de cada giro e ir a buscarlo, ya se
sabe que la línea recta es el camino más corto entre dos puntos, así que la
mejor táctica para recorrer un circuito es ir uniendo los vértices de las
curvas, ir de la parte interna de una curva hasta la parte interna de la
siguiente.
Cuando nos ponemos por primera vez delante de un plano donde se plantea
el recorrido de una maratón, la primera impresión que me llevo es estar delante
de un laberinto y de un camino enrevesado.
Como en todo buen laberinto que se precie el objetivo es encontrar la
salida o sea la meta. Dejar atrás los 42195 metros y la incertidumbre de si lo
podremos hacer. Eso es lo que motiva a los corredores repartidos por el
recorrido, la convicción de que tienen que poder llegar.
Pues bien, los maratonianos nos encontramos no solo con el laberinto del
plano de la carrera, sino también con otros laberintos internos. Son distintos
para cada corredor. Situaciones complejas, angustias, memorias, medios, entrenamientos
mal gestionados, lesiones que nos atascan… A veces son tan invasivos que ni nos
damos cuenta de lo desorientados que andamos. Pero están ahí. Y necesitamos encontrar
la salida. Porque hay salida. Llevamos meses tratando de ver esos mapas
interiores, con sus complejidades y tratando de descubrir las soluciones que
nos pueden ir mostrando el camino hacia la meta. Situaciones como la
comparación constante, los miedos, la búsqueda de excusas, el perfeccionismo o
la banalidad, entre otras, quizás sean un buen espejo en el que poder
reconocernos, y aprender algo de nosotros mismos.
En fin, salir del recorrido de la maratón no es tan difícil, nos sirve seguir
a toda la marea de corredores y tener paciencia.
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