Día 118, del viaje a la maratón de Valencia.
¡¡¡Muy buenos días!!!
Hacer un planteamiento de la maratón, de como la queremos correr, no es
otra cosa que enfocar la solución de un problema, por lo que debemos tener
cuidado con los planteamientos que hacemos, y es que la solución debe de ser de
un problema real, de un problema que de verdad estemos capacitados para
solucionar.
Plantear una maratón para bajar de tres horas cuando en realidad ya nos
costaría mucho bajar de las tres horas y media, nos obligará a ir por un camino
que no nos va a solucionar nada, ese planteamiento, aunque pueda ser bueno no
es verdadero y nos traerá problemas.
En nuestra vida cotidiana estamos acostumbrados a descifrar los
planteamientos que nos hacemos y sobre todo los que nos hacen ante un problema,
adivinamos cuando uno es verdadero o es falso. Pero en el mundo de la maratón
no lo estamos tanto.
Estamos acostumbrados a que nos planteen mal algunos temas importantes
para nuestra vida, sobre todo cuando vemos que se hace con un fin estratégico,
para llevarnos hacia un lugar que nos han elegido de antemano.
Nos damos cuenta cuando que se nos ponen delante temas de una forma muy
personal y sobre todo sentimental, como si sólo se tratará de solucionar un
problema urgente a una persona. Después se dan cifras desmedidas con el
propósito de conmovernos, se nos exageran la cantidad de abortos clandestinos,
de matrimonios separados, de personas que quieren poner fin a su vida por
enfermedad… para después manipular nuestra opinión.
Oímos también en los medios que la gente quiere esto o aquello, que
necesita una cosa u otra. Y nos dicen que lo dice la “gente”, y es entonces
cuando volvemos a la eterna pregunta: ¿y quien es la gente? Cuando vemos que se
pasa del singular al colectivo, nos ponemos en alerta, pensamos, reflexionamos
y tratamos de tranquilizarnos pensando que estamos con casi toda seguridad ante
una manipulación, nos han planteado mal un tema para manipularnos.
Y si nos ponen a la “gente” por delante casi estamos desarmados, con
muy poca defensa. Pensadlo un poco: estoy en una reunión con varias personas y
estamos hablando mal de ti, y yo después te cuento exactamente lo que dicen,
pero modifico un poco mi lenguaje, no te voy a mentir, pero de alguna manera te
voy a manipular. En vez de decirte que tales personas en concreto lo han dicho,
te indico que lo dice la “gente”. No sabes a dónde acudir para tomar medidas. ¿Dónde
está la gente que te ataca con su maledicencia? La gente es una realidad
anónima, envolvente, a modo de niebla que te bloquea. Te sientes angustiado y
es que no te puedes defender.
He provocado un “rumor”, que suele ser tan poderoso como cobarde,
debido a su anonimato. “Se dice” ¿Quién lo dice? La “gente”, es decir,
nadie en concreto y potencialmente todos.
En política además se repite una y otra vez, a través de los medios de
comunicación, esos planteamientos cagados de intención ideológica. No se entra
en cuestión, no se demuestra nada, no se va al fondo de los problemas.
Sencillamente se lanzan proclamas, se hacen afirmaciones contundentes, se
propagan eslóganes a modo de sentencias cargadas de sabiduría.
Lo que se está haciendo no es otra cosa que configurar la opinión
pública, porque las personas acabamos tomando “lo que se afirma” como “lo
que todos piensan”, como aquello de que “todos hablan”,
como “lo que se lleva”, lo “normal”, lo que aceptamos
como “normal” se “impone”.
Basta establecer un clima de superficialidad, de normalidad en el
tratamiento de los temas básicos de la vida para hacer posible la difusión de
todo género de falsedades. Y es que no tenemos que olvidar que “una necedad
repetida por muchas bocas no deja de ser una necedad". Es verdad
que mil mentiras no constituyen una sola verdad. Pero una mentira o una media
verdad repetida por un medio poderoso de comunicación se convierte en una
verdad “de hecho”.
Es una lástima, pero ya estamos acostumbrados a que creamos más un
mensaje por el medio de comunicación que lo difunde que por lo que en realidad nos
está diciendo: no se dice algo porque sea verdad; se toma como verdad porque se
dice. La televisión, la radio, la letra impresa, ciertos programas poseen un
inmenso prestigio para quien los ve como una realidad que se impone desde un
lugar inaccesible para él.
En fin, hacer un planteamiento de nuestra maratón nos puede llevar a un
buen resultado pero al igual que en la vida un mal planteamiento nos lleva a
tomar decisiones equivocadas.
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