miércoles, 13 de diciembre de 2023

¡¡¡Buenos días!!! ! ¡Ya es miércoles!

 “La seriedad no es una virtud. Decir que la seriedad es un vicio sería una herejía, pero una herejía de lo más sensata” G. K. Chesterton)

¡¡¡Buenos días!!!

Me temo que no se a percibido bien eso de qué no todo es blanco o negro, buenos y malos. No se comprende bien que alguien pueda pensar reflexionado sobre varios aspectos del mismo tema. No importa de qué cuestión estemos hablando, se nos obliga a estar en un extremo o en el otro y, lo peor es que en demasiadas ocasiones se juzga nuestra altura moral y nuestra inteligencia solamente con nuestra postura en un solo tema.

Ese reduccionismo a los dos extremos nos hace mucho daño. Nos hace mal a todos los que queremos pensar mejor, con mayor rigor y profundidad, hace mal al que quiera entender a los demás y salir de la cómoda posición de lo políticamente correcto. Por ejemplo, si yo me pronuncio sobre el beso de Rubiales diciendo que no tengo una posición clara y que tendría que estudiar un poco el tema, la mayoría de la gente ya creerán saber qué es lo que pienso y por qué no me atrevo a decirlo. Todos ya creen saber qué pienso y por qué lo pienso.

Por comodidad, por no intentar escuchar otras ideas disonantes con la que esta de moda se elige el camino de etiquetar ideológicamente al otro. Lo vemos constantemente, se tiende a no dar ninguna posibilidad de expresar ideas que no concuerden con las de turno, tratando de convencer a quien lo ha intentado de que sus ideas son “ofensivas, o no “construyen”. Cuando lo que son puntos de vista diferentes.

Al final nos autocensuramos, se nos fuerza a elegir posturas y a colocarnos del lado del pensamiento de moda, porque si no lo hacemos corremos el riesgo de que se nos coloque en el bloque opuesto. Es tan fuerte esa presión que en muchas ocasiones nos vemos obligados a pensar igual que nuestros amigos y defender cosas con las que discrepamos porque tenemos miedo.

Muchas veces he visto como causa extrañeza y se quedan descolocadas personas a las que he mostrado que en mi conviven ideas, creencias y valores que no son capaces de ubicar en el mismo patrón ideológico en el que están ubicados, porque no encajan todas en el mismo grupo ideológico. Nos autocensuramos y nos engañamos pensando que lo hacemos por una mal entendida tolerancia en ciertos temas, que nos hace no discutir debido a que alguien podría sentirse ofendido. Nos autocensuramos no porque pensemos que es un ataque personal sino porque vemos que nuestra idea le molesta, le pone incómodo.

Conozco a demasiadas personas que, por falta de argumentos, no porque sus ideas no los tengan, sino por pereza intelectual intentan ocultar su propia incapacidad caricaturizando a los que pensamos diferente, colocándonos la etiqueta de “intolerante” o “fanático”, cuando en realidad lo que pretendo es mostrar mis argumentos y entrar en debate. Lo que hacen sin darse cuenta es evitar la molestia de tener que argumentar racionalmente. En el momento en que me estigmatizan, me dejan fuera del debate y así pueden aplicar una visión única y por tanto incuestionable.

Estoy seguro de que se puede sentir admiración a las personas con las que no se está de acuerdo, distinguiendo los diferentes aspectos de su vida y pensamiento. Se puede aprender de ellos, aunque no estemos en todo de acuerdo con sus posturas o con su estilo de vida.

Tener amigos y conocidos que piensan distinto me ayuda a pensar, a revisar mis ideas, a crecer, a expandir mi horizonte y a saber convivir con la diferencia.

No hay comentarios: