“La seriedad no es una virtud. Decir que la seriedad es un vicio sería una herejía, pero una herejía de lo más sensata” G. K. Chesterton)
¡¡¡Buenos días!!!
Me temo que no se a percibido bien eso
de qué no todo es blanco o negro, buenos y malos. No se comprende bien que alguien
pueda pensar reflexionado sobre varios aspectos del mismo tema. No importa de
qué cuestión estemos hablando, se nos obliga a estar en un extremo o en el otro
y, lo peor es que en demasiadas ocasiones se juzga nuestra altura moral y
nuestra inteligencia solamente con nuestra postura en un solo tema.
Ese reduccionismo a los dos extremos nos
hace mucho daño. Nos hace mal a todos los que queremos pensar mejor, con mayor rigor
y profundidad, hace mal al que quiera entender a los demás y salir de la cómoda
posición de lo políticamente correcto. Por ejemplo, si yo me pronuncio sobre el
beso de Rubiales diciendo que no tengo una posición clara y que tendría que estudiar
un poco el tema, la mayoría de la gente ya creerán saber qué es lo que pienso y
por qué no me atrevo a decirlo. Todos ya creen saber qué pienso y por qué lo
pienso.
Por comodidad, por no intentar escuchar
otras ideas disonantes con la que esta de moda se elige el camino de etiquetar
ideológicamente al otro. Lo vemos constantemente, se tiende a no dar ninguna posibilidad
de expresar ideas que no concuerden con las de turno, tratando de convencer a
quien lo ha intentado de que sus ideas son “ofensivas, o no “construyen”.
Cuando lo que son puntos de vista diferentes.
Al final nos autocensuramos, se nos
fuerza a elegir posturas y a colocarnos del lado del pensamiento de moda,
porque si no lo hacemos corremos el riesgo de que se nos coloque en el bloque
opuesto. Es tan fuerte esa presión que en muchas ocasiones nos vemos obligados
a pensar igual que nuestros amigos y defender cosas con las que discrepamos porque
tenemos miedo.
Muchas veces he visto como causa extrañeza
y se quedan descolocadas personas a las que he mostrado que en mi conviven
ideas, creencias y valores que no son capaces de ubicar en el mismo patrón ideológico
en el que están ubicados, porque no encajan todas en el mismo grupo ideológico.
Nos autocensuramos y nos engañamos pensando que lo hacemos por una mal
entendida tolerancia en ciertos temas, que nos hace no discutir debido a que
alguien podría sentirse ofendido. Nos autocensuramos no porque pensemos que es
un ataque personal sino porque vemos que nuestra idea le molesta, le pone
incómodo.
Conozco a demasiadas personas que, por
falta de argumentos, no porque sus ideas no los tengan, sino por pereza
intelectual intentan ocultar su propia incapacidad caricaturizando a los que
pensamos diferente, colocándonos la etiqueta de “intolerante” o “fanático”,
cuando en realidad lo que pretendo es mostrar mis argumentos y entrar en debate.
Lo que hacen sin darse cuenta es evitar la molestia de tener que argumentar
racionalmente. En el momento en que me estigmatizan, me dejan fuera del debate y
así pueden aplicar una visión única y por tanto incuestionable.
Estoy seguro de que se puede sentir
admiración a las personas con las que no se está de acuerdo, distinguiendo los
diferentes aspectos de su vida y pensamiento. Se puede aprender de ellos, aunque
no estemos en todo de acuerdo con sus posturas o con su estilo de vida.
Tener amigos y conocidos que piensan
distinto me ayuda a pensar, a revisar mis ideas, a crecer, a expandir mi horizonte
y a saber convivir con la diferencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario