sábado, 30 de diciembre de 2023

¡¡¡Buenos días!!! ¿Hacemos balance del año?

“Sin autoridad no hay libertad. La libertad está condenada a su destrucción en cada encrucijada, a menos que se reconozca el derecho a la libertad. Y si hay derechos debe haber una autoridad a la cual reclamarselos”. (G. K. Chesterton)

¡¡¡Buenos días!!!

Nos encontramos en días de hacer balance del año que se nos va, cerrar una puerta para abrir otra y empezar el 2024 con los proyectos inacabados y con los que aún no hemos podido empezar. Hacer un recuento de cómo nos ha funcionado el año a cada uno es una cuestión personal y que se tiene que hacer con tranquilidad y en silencio. Sin embargo, hacer un balance de los proyectos sociales de 2023 nos corresponde a todos. Mi opinión de como se ha desarrollado el mundo, en cómo se ha desenvuelto nuestra sociedad en este año, tengo que decir que no es bueno.

Ya dije hace pocos días que hay guerra en el mundo, estos conflictos, lamentablemente, como sucede en todas las guerras, tienen consecuencias negativas sobre la población civil, si lo pensamos bien veremos que la población civil son las personas que no están en guerra.

Y, es que, si nos preguntamos, ¿quién está en guerra? Y, ¿quién la fomenta? Veremos que no son las mismas personas. Los soldados son los que dan la vida, pero por encima de ellos se encuentran los políticos o los jefes de las bandas terroristas. No quiero olvidarme de los gobiernos que dan dinero y armas a esos políticos y a los grupos terroristas. Por lo tanto, los últimos responsables son, por una parte, aquellos que se enriquecen a costa del sufrimiento de los demás. Y también aquellos gobiernos que proporcionan dinero y armas a los políticos de los países o grupos en liza.

Los últimos responsables son, por una parte, aquellos a los que menos afectan las consecuencias negativas de la guerra y, por otra parte, aquellos que se enriquecen a costa del sufrimiento de los demás.

No es bueno, tampoco, el balance político español en este 2023, no me gusta, debería de escribir durante varios días para mostrar todo lo que encuentro lamentable, pero días hay por delante para hacerlo.

¿Y además de lamentarse qué se puede hacer? Poco. Es verdad que las personas de “a pie” poco podemos hacer. Pero al menos ese poco hay que hacerlo. Tenemos que mantener la memoria de los desastres, crear opinión pública, porque parece que si no hablamos de ellos es como si hubieran dejado de existir. Tenemos que desconfiar de la información oficial pues siempre será en parte interesada y es posible que mentirosa, lo que nos lleva a buscar información en otros medios con el propósito de hacernos una idea veraz de todo lo que sucede.

Entre tanto caos político y el desastre de las guerras, si hacemos un esfuerzo, veremos que hay signos de esperanza. Nos sucede que, muchas veces, no los sabemos detectar, pues nos parecen pequeños y los consideramos ineficaces. Pero son esos pequeños detalles los que están sosteniendo la sociedad.

Aunque no se ven, pues son como ese aliento que nos da la vida, existen. Nos encontramos con personas que pelean por la libertad y los derechos humanos, por la paz, por la conservación de la creación, en la defensa de las mujeres, de los colectivos que son marginados; incomprendidos o malqueridos; maestros y personal sanitario que ayuda con cariño a sus alumnos y a sus pacientes… En estos pequeños gestos, muchas veces no valorados, vemos que el amor es más fuerte que la muerte. También nos queda claro que la Providencia, donde menos nos esperamos está actuando, dando fuerza a los débiles, insuflando vida y suscitando amor.

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