Vuelvo
otra vez al material, hoy he llenado y pesado las alforjas traseras y tengo que
decir que de momento estoy en el peso que me había propuesto. Aún falta por
pesar la silla plegable, el cable con el candado, llenar los bidones y la
comida.
De
momento: Bicicleta: 13, 3 kg. Mochila estanca + tienda + saco + colchoneta +
piso tienda + funda vivac = 6,6 kg. Mi peso (en canal) + el móvil = 54,1 kg.
Alforjas delanteras: derecha + izquierda= 5,8 kg. Bolsa manillar = 2,2 kg.
Alforjas traseras: derecha + izquierda= 10,3 kg.
De
momento: 13,3 + 6,6 + 54,1 + 5,8 + 2,2 + 10,3 = 92,3 kg.
¿Conseguiremos
los 95 kg totales?
Lo
más probable es que me encuentre con la necesidad de quitar peso lo que
significa que deba dejarme algunas cosas que hasta hoy veo como necesarias.
Siempre
será complicado renunciar a algunas cosas sobre todo si me decido a ponerme en
marcha después del 22 de junio, fecha que parece como posible según va la
epidemia, pues esto implicaría llegar pasada la primera quincena de agosto lo
que quiere decir frío y lluvia o sea material más pesado.
Es
este otro tema que hay que pensar con tranquilidad: ¿vale la pena empezar el 22
de junio o esperar al año que viene?
Antes
del covid19 el proyecto era simple; 5450 kilómetros repartidos en una media de
75 kilómetros diarios me dan 73 días pedaleando y si a cada semana le añado un
día más para descansar y visitar algún paraje interesante o simplemente el
tiempo me impide pedalear tendría que añadir 10 días lo que me da 83 días para
llegar al Nordkapp.
Es
verdad que puedo realizar una media de 100 kilómetros o alguno más y podría
pedalear 55 días, añadir un día más cada 10 días lo que me llevaría al Nordkapp
en 60 días, pero los que ya saben lo que es hacer cicloturismo ven que no es lo
mismo un viaje y otro.
Pregunta:
¿Qué opción es la mejor?
Opción
A: Salida el 22 de junio, 83 días con llegada el 13 de septiembre.
Opción
B: Salida el 22 de junio, 60 días con llegada el 22 de agosto.
Opción
C: Dejarlo para el año que viene.
Nos
quedan casi dos meses para pensar y tomar una decisión, hay que pensarlo bien,
y por eso las deliberaciones van a ser largas e importantes.
Una
decisión como esa tomada con prisas, sin prestar atención a los detalles,
incluso sin recurrir a los consejos, puede llevar a consecuencias problemáticas.
Así que hay que tomarse estos días con tranquilidad y tener prudencia.
Desde
luego, la reflexión tiene que basarse en el propósito y el espíritu con el que está
pensado este viaje, y las deliberaciones las debo hacer sin olvidar ese objetivo
que es mucho más que llegar al Nordkapp cómo sea. Si me olvido del objetivo
cuando se tome la decisión, el resultado estará herido de muerte.
Si
no me olvido de que tiene que ser un viaje tranquilo, sin mirar kilómetros, disfrutando
del momento y sin planes que cumplir cada día, solo levantarse y avanzar hacia
el norte, es casi seguro que acertaré.
Llega
la hora de deliberar. Ahora toca buscar qué opción nos acercará a nuestro objetivo,
y en qué manera tal opción será no solo eficaz, sino también beneficiosa.
Vamos
a ello.
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