“La imparcialidad es un nombre pomposo para la
indiferencia, que es un nombre elegante para la ignorancia.” (G. K. Chesterton)
Vigesimocuarto día de la cuarentena, el sujeto de
nuestros males continua campado por todos los lugares, aparentemente sin ningún
tipo de control, vamos a ver como conseguimos meterlo en vereda.
Algo estamos haciendo mal, tal vez sea porque tenemos un
Gobierno mediocre y todo parece indicar que ha fracasado en su lucha contra la
pandemia. Tal vez cuando se nos explique porque somos el primer país del mundo en
muertos por el coranavirus por millón de habitantes, comprendamos mejor lo que
nos esta sucediendo y que lo hemos hecho bien.
Pero mientras tanto, todo lo que sucede es muy grave y no
puede continuar. Los discursos, la abundancia de palabras no suplen la
realidad; en todo caso consiguen enmascararla durante algún tiempo.
Pero, incluso siendo malo lo que esta sucediendo, hay
algo que no me gusta nada, es la incapacidad para reconocer cualquier error negando
toda equivocación.
Otro tema que no comprendo es el caso de las mascarillas
protectoras. Después de negar contra toda evidencia su utilidad protectora si
eran utilizadas por todas la población, ahora van a recomendar su uso. Pero,
como no disponen de existencias suficientes por su imprevisión reiterada, se
escudan en un “estamos estudiando su aplicación” como si se tratara de un
complejo problema tecnológico, en lugar de una distribución suficiente de este
sencillo producto.
Otra cosa que me deja asustado es la petición a las comunidades
autónomas de las listas de posibles edificios, hoteles, residencias y, nada más
y nada menos qué polideportivos, para instalar, se supone que a miles y miles
de desconocidos portadores sin síntomas del coronavirus, como si la mayoría de
esta población no tuviera un hogar donde residir, y sobre todo cuando no saben
cuántos son ni dónde se encuentran, simplemente porque carecen de los test y de
la organización necesaria para detectar a estas personas.
Es un hacer ver que se hace, y no una práctica eficiente.
Pienso por ejemplo que se podría utilizar, como hemos
visto en China y Corea, adoptar una medidas sencillas, poco precisas sí, pero
de gran alcance, como la toma de temperatura corporal mediante termómetros
láser, para el acceso a los lugares de trabajo y de transporte, como un medio
de discriminar primariamente una parte de la población, a fin de evitar
contagios una vez se levante parte del confinamiento y mientras no se disponen
de mascarillas. Pero no, prefieren un inventario de polideportivos para mandar
a vivir (?) a portadores no sintomáticos.
No me gusta nada cómo lo estamos llevando, la prensa internacional
nos está haciendo mucho daño mostrando cómo se está llevando la gestión de la
epidemia y esto va a repercutir en el turismo, estoy casi seguro. El prestigio
de la famosa marca España esta cada día más deteriorada y algo hay que hacer
para solucionarlo.
Otro ejemplo de por donde van los tiros puede ser los
datos de las encuestas en Europa. Macron en Francia, Conte en Italia y Merkel
en Alemania han visto su popularidad acrecentada con la crisis, todo lo
contrario que Sánchez.
En fin, esperemos que sepamos encauzar el rumbo a tiempo.
Buenas Noches.
No hay comentarios:
Publicar un comentario