“Dicen que los viajes ensanchan las ideas,
pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton)
Ya me da igual en qué día de la cuarentena estoy, aún
estoy en aislamiento y, punto.
Siguiendo con la intención de mantener la moral lo más
alta posible, hace unos minutos que he terminado de releer el libro “El camino
más corto” de Manuel Leguineche y no hay duda de que los tiempos han cambiado. Con
solo leer la primera y la ultima página ya os podréis hacer una idea de las
diferencias.
Dar la vuelta al mundo es una meta muy buscada por los
viajeros y que muchos no vamos a realizar, por eso volver a leer este libro me
muestra que ahora ese viaje es otra cosa, otro mundo.
En 1965, cruzan unos países que no se parecen en nada a
los actuales, por ejemplo; en Irán todavía manda el Sha, en Afganistán o en Libia
todavía hay rey, en Egipto Nasser conducía los designios del país con mano de
hierro y en el sudeste asiático están empezando las grandes guerras que
marcarán los años posteriores como la de Camboya o Laos, además la de Vietnam
está en uno de sus periodos más duros.
Además, Manuel Leguineche tuvo la suerte, o mejor dicho busco
el encuentro con grandes personajes que pasados los años son parte importante
de la historia del siglo pasado, se reunió con la Madre Teresa de Calcuta, el
Dalai Lama, Indira Gandhi o el serpa Tenzing Norgay el primer hombre junto a
Sir Edmund Hillary que pisó la cima del Everest.
Para los que nos gusta viajar es interesante buscar y
leer este libro antes de que se termine la cuarentena y tengamos que salir
disparados sabiendo que, si ellos pudieron nosotros también, aunque sea en
bicicleta.
Buenas Tardes.
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