“Nuestra perfección no consiste en hacer cosas extraordinarias sino en hacer perfecto lo ordinario” – Gabriel de la Dolorosa.
Porto do Son
--- Muros de San Pedro.
Distancia: 41,71
km. Media: 15,22 km/h. Altura: 414 m.
Viendo pasar los
kilómetros y los paisajes que no paran de sorprenderme me doy cuenta de que
cuando no estoy viajando con la bicicleta y, al pasar bastantes horas delante
del ordenador viendo y asumiendo ideales e ideas de belleza que son irreales
pues prácticamente sólo tienen que ver con lo superficial, adquiero una idea de
lo que es bello que me lleva en alguna ocasión a sentirme frustrado, pues no se
asemeja a lo que estoy viendo.
Todos hemos suspirado con
la palabra belleza y su significado: nos atrae y reconforta. Pero ¿dónde está?,
¿cómo descubrirla?, ¿cómo disfrutar de ella en la vida cotidiana?
Esta claro, como tantas
otras realidades, la belleza, es un misterio que buscamos muchas veces. Nos
llama y nos entusiasma la vida y nos lanza a conseguir esos anhelos que tenemos
en nuestra alma. Muchos han sido los hombres que han estudiado ese atractivo, y
su relación con la bondad y la verdad, tan unidas. Platón, por ejemplo, nos
dice que el objetivo de toda educación es enseñarnos a amar la belleza. La
belleza en todas sus formas.
Puedo empezar diciendo
que todo lo bueno es bello, aunque no siempre lo veamos a primera vista. Por
eso es necesario aprender a mirar, saber admirar y ver. Además, las personas
poseemos una gran capacidad de bondad, de tender hacia lo bueno y bello, pues tenemos
necesidad de infinito que nos encaminan a ello. Y, el truco se encuentra en desarrollar
toda esa potencialidad. La belleza es como “la llave” que nos abre a lo
verdadero y bueno, a lo noble.
Entonces para que las
puestas de sol que veo casi todos los días sean bellas deben ser por lo tanto buenas,
y ¿como veo lo bueno en el sol hundiéndose en el Atlántico? Admirándolo. Tengo que aprender a mirar y
contemplar, asombrándome y extasiándome para sentir esa plenitud de lo creado
que me anima y eleva el espíritu. El asombro y el agradecimiento es lo que nos
ilumina la vida y nos hace ver la belleza que sin duda vamos a encontrar en
todo.
De ahí esa necesidad de
educar la delicadeza y el buen gusto para detectar belleza, que por otra parte
se encuentra en muchísimas realidades. En el universo entero, y en concreto en
cada persona: ese “pequeño universo” misterioso y casi infinito que se abre
dentro, y es cada una de ellas.
Captar el alma de las
cosas sencillas que nos salen al encuentro. La sencillez es un arte que permite
disfrutar de lo bello y armonioso. Sin estridencias ni complicaciones
retorcidas… Sencillez es belleza. Y la puerta a la sabiduría.
En fin, lo dejo, se
acerca la puesta de sol.
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