“Los cuentos de hadas superan la realidad no porque nos digan que los dragones existen, sino porque nos dicen que pueden ser vencidos” (G. K. Chesterton).
Fao --- pCaminha.
Distancia: 51,01
km. Media: 18,13 km/h. Altura: 340 m.
Día muy rápido,
no sólo por el perfil sino por un poco de viento a favor, pero sobre todo
porque llevaba varios días descansando y hoy no lo he querido hacer. Esto no
quiere decir que llevara varios días haciendo menos kilómetros, sino que
llevaba varios días “guardando”.
Cuando quiero
guardar fuerzas lo que hago es siempre poner un piño más grande del que es
necesario y no poner el plato grande. O sea, haciendo todo el día el
“molinillo”.
Estamos cansados
de escuchar frases que nos invitan a una total irrealidad: “Si quieres,
puedes”, “Siempre se puede”, “Solo basta que quieras”. Y la verdad es que no
siempre se puede lo que se quiere, porque no todo depende de nosotros. Aceptar
los propios límites es fundamental para viajar en bicicleta, que no es lo mismo
que resignación o pesimismo.
Como suele
decirse: nadie construye una torre sin calcular antes si tiene los medios para
terminarla. Hay que tener una clara imagen de nosotros mismos, de lo contrario
no podremos con nuestros proyectos, tareas o metas, que se convertirán en
inalcanzables y el esfuerzo por conseguirlas nos agotarán y tarde o temprano
nos harán pedazos.
Esto no solo
pasa en un ciclo-viaje sino que desde los orígenes de la humanidad el ser
humano quiere ser lo que no es, cuando quiere ser un dios y trata por todos los
medios de ampliar límites imposibles. Existen unos límites sanos en la vida que
si no se respetan, se hace mucho daño a uno mismo y a los demás.
Normalmente se
nos invita constantemente a vivir “más allá de todo límite” y las consecuencias
las podemos ver a simple vista en el consumo o en los deportes de riesgo. En cambio
antiguamente se buscaba en el ocio un tiempo para la reflexión y de conocerse a
uno mismo y así conseguir salud y felicidad.
Hay dos
aforismos en la antigua Grecia que nos indican cual es el camino a seguir: “Conócete
a ti mismo” y “Nada en demasía”.
El primero supone
conocer mejor nuestra naturaleza y es un paso previo a todo lo que queramos
emprender. Esto supone, también, comprenderse y aceptarse, siendo además una
obligación para uno mismo. Además, para poder tomar buenas decisiones es
necesario el autoconocimiento.
“Nada en
demasía” nos viene a decir que la moderación y la renuncia son sumamente
liberadoras, como formas de autolimitación. Es preciso aprender que no tenemos
todo a disposición todo el tiempo, que todo existe en su medida.
Con todo esto
lo que quiero expresar es que para realizar un viaje de largo recorrido tenemos
que sentir con alegría nuestra realidad, estando agradecidos de nuestras
fuerzas que nos hacen ser quienes somos y por tener la posibilidad de conseguir
nuestra mejor versión, hecha desde nuestra realidad, y no desde falsas
ilusiones.
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