jueves, 8 de junio de 2023

Motril --- Torrox. 08/06/23.

 “El hombre ha de tener la suficiente fe en sí mismo para emprender aventuras, y dudar de sí mismo lo suficiente para disfrutarlas” (G. K. Chesterton)

Dos cicloviajeros portugueses, esta mañana en Motril
Dos cicloviajeros portugueses, esta mañana en Motril.

 Motril --- Torrox – Costa.

Distancia: 51,17 km.

Media: 13,01 km/h.

Altura: 635 m.

De los 11 días que llevo de viaje, me parece, que en 6 he superado los 500 metros, y es la segunda ocasión en que esto sucede dos días seguidos, vamos a ver si como se suele decir, “no hay dos sin tres”. De momento dos días seguidos los he aguantado bien.

Hoy por los “pelos” he salvado esa línea roja que son los 13 km/h, que por cierto es la velocidad en la que planteo todas las etapas, la hora de salida y la de llegada se basa en ese ritmo de viaje, si bajase de esa velocidad mi llegada al camping no habrá sido la prevista y el resto del día ya no se ajustaría a lo que había previsto.

Hoy por ejemplo, mi llegada al camping a sido a la hora justa para montar la tienda y recibir la lluvia que me esta acompañando toda la tarde, con el “campamento” montado. Si me hubiera retrasado, o hubiera montado lloviendo o hubiera tenido que esperar al final de la tarde para montar.

Con esto lo que quiero decir es que no siempre los planteamientos que se hacen de las etapas salen bien, pero uno se alegra de que así sea de vez en cuando.

Si no acertamos alguna vez, la verdad es que nos vamos desilusionando y tal vez lo dejemos estar, y nos movamos según se nos presente el día, según nos encontremos y lo que nos apetezca hacer en cada momento. No digo que sea una mala táctica, pero tampoco la veo buena.

Muchos de nosotros hemos oído, y a veces le habremos hecho caso, esa frase: “Haz lo que te salga del corazón”. A veces se usa como un recurso cultural barato y surge también en el mismo momento en el que alguien no sabe qué consejo dar.

Se ha puesto de moda poner todas nuestras acciones bajo la lupa de nuestras emociones.  Por eso oímos tanto hablar de empatía, de salud emocional, de pensar en uno mismo, de cuidarte tú primero y así un largo etcétera… y cada vez menos de verdad, de conciencia, de decidir en frío, de sacrificarte y de argumentar.

Si repasamos nuestra tradición, nos daremos cuenta que el corazón tiene un peso especial. Es de sabios hacer lo que te salga del corazón. Sin embargo, en el concepto de corazón que solemos manejar nosotros, convergen a la vez los afectos y sentimientos, la verdad y el pensamiento. Pasión y razón, emociones y argumentos. Deseo y sentido. Es ahí donde nos lo jugamos.

No en ser afectivo o en ser racional, sino en saberlos combinar para aprender a decidir y a movernos por la vida. Hacer lo que te salga del corazón, sí, pero no vale cualquier cosa.

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