“El hombre ha de tener la suficiente fe en sí mismo para emprender aventuras, y dudar de sí mismo lo suficiente para disfrutarlas” (G. K. Chesterton)
Torrox – Costa
--- Torremolinos.
Distancia: 63,50
km.
Media: 14,23 km/h.
Altura: 178 m.
Podríamos decir
que ha sido un día descansado físicamente, sin embargo ha sido de bastante estrés.
Los 178 metros y la media por encima de los 14 km/h nos dicen lo tranquila que
ha sido para las piernas, pero, me parece que después de cruzar El Rincón de la
Victoria, la N-340 se ha desdoblado en cuatro carriles y, aunque estaba
permitida para bicicletas, he preferido salir.
Y, entonces ha
comenzado un calvario de carriles bici y paseos marítimos continuamente
interrumpidos por obras que me han obligado a un continuo parar, caminar, subir
y bajar escaleras que me han complicado bastante el paseo en bicicleta. Málaga,
la he cruzado relativamente bien, una vez que he asumido que el carril derecho
de las calles con doble carril donde tienen preferencia las bicicletas era
bastante seguro.
Esto me ha
hecho replantearme la jornada de mañana, todavía no me he decidido, si mantener
mi plan original y llegar a los 80 kilómetros, cortarla por la mitad o hacerla
por el interior, mucho más montañosa. Mañana después de varios kilómetros y
viendo como estén los paseos marítimos o si la N-340 continua como en los
últimos kilómetros, decidiré.
He parado en
una gasolinera a tomarme una Coca-Cola, y el tv me ha recordado que vamos a tener
elecciones generales el 23 de julio, y, se me ha pasado por la cabeza la
posibilidad de que sea convocado para una mesa electoral, ya que no sé seguro si
los componentes de las mesas electorales
del otro día van a repetir en estas. La cuestión es que se podría dar la posibilidad
de tener que volver a casa antes de lo esperado, pero ya veremos.
Pero no me he
quedado ahí, he podido reflexionar sobre aspectos más de fondo de estas
elecciones, entre semáforo y paso de peatones.
En unas elecciones
legislativas a nivel estatal es sustancial plantearse qué sociedad queremos. Y,
en consecuencia, qué gobierno deseamos salga de los comicios, porque quizás
tendrá una influencia significativa en la deriva del país en aspectos de alto
contenido antropológico.
Se que si no me
convocan para una mesa electoral no voy a votar, pero si que puedo reflexionar
sobre a quién daría el voto, lo más evidente e inmediato sería analizar cómo
han gobernado los que han detentado el poder estatal en los últimos años. Tras
la conclusión plantearse si hay o no alternativas mejores. Si considero
globalmente negativo el período Sánchez, preguntarme si otros serán capaces o
no de reducir o revertir el estropicio causado.
En fin, si
tengo tiempo y me acuerdo del tema, tal vez vuelva a hablar de las próximas
elecciones.
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