“El hombre ha de tener la suficiente fe en sí mismo para emprender aventuras, y dudar de sí mismo lo suficiente para disfrutarlas” (G. K. Chesterton)
Marbella ---
Estepona.
Distancia: 39,31
km.
Media: 11,47 km/h.
Altura: 390 m.
Continuamos
como ayer, mejor dicho, peor que ayer, hemos bajado en todos los parámetros.
Menos
kilómetros en el recorrido, una velocidad media más baja y los metros subidos
también han descendido.
No hay forma de
recorrer kilómetros si quiero estar alejado de la N-340, ya que la media
siempre va a ser baja pues las urbanizaciones y los paseos marítimos impiden
coger un ritmo de marcha, continuamente te tienes que detener ya sea por los semáforos,
los peatones, los badenes y las fuertes subidas. Todo en contra para avanzar
rápido, pero que no es ningún problema ya que no hay prisa.
Hay quien
piensa que un viaje como este es vivir a fondo, que vivir a fondo es
involucrarse en una carrera vertiginosa, acelerada, sin frenos ni límites. Y,
entonces se añade en que en la vida hay que apurar el momento, que la vida es
una y hay que sacarle el máximo, en que hay que experimentarlo todo… Pero eso
además de no ser verdad, es una trampa, porque eso no es vivir a fondo, no hay
que estar permanentemente en “ebullición”. ¿Qué es, entonces? Es no estar solo
en la superficie de la vida, sino dejar que todas las circunstancias de mi vida
me cuenten su historia; que las dificultades de cada jornada me hagan dudar
cuando tengo que elegir; es irse gastando etapa a etapa, es saber esforzarse a
veces, y descansar en otras; cuidar y que me cuiden; compartir mi tiempo, mis
días, mis sueños, mis esfuerzos, mis miedos, mis risas y mis fracasos.
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