“¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la
muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.” (J.R.R. Tolkien)
Me acaban de sugerir una nueva
visión de lo que os comentaba ayer, se sitúa en el campo moral y tiene por
objeto la bondad. Mucha gente hoy en día da por hecho que ahora se posee una
bondad intrínseca que no tenían las épocas anteriores. Por eso se sorprenden
muchísimo ante la noticia de cualquier barbaridad de tipo moral cometida en
esta época.
Y suele expresarse así: Parece
mentira que bien entrado ya el siglo XXI tengamos que ver cómo, aquí la lista
se hace interminable, se compran y venden seres humanos, se subyuga a pueblos
enteros, se prostituye a quien haga falta, se conciertan matrimonios
infantiles, se condena a inocentes, se absuelve a culpables, se compran voluntades,
etc., etc., etc.
Estoy convencido de que este
tipo de pensamiento a existido en todas las épocas, repitiendo, generación tras
generación, idéntica cantinela.
No me gustaría que se
deslizase la idea de que tengo algo en contra del progreso tecnológico. No veo
que sea de suyo perjudicial ni entiendo que tengamos que renunciar a sus
ventajas. Personalmente lo celebro, no solo no estoy cerrado a él, sino que
celebro con gusto sus ventajas, (si no fuera por él, lo que estoy escribiendo no
os llegaría en las condiciones que hoy llega, y muy probablemente ni siquiera
llegaría); ahora bien, no nos consideremos más listos ni mejores ni pensemos
que el tiempo por sí mismo trae adelantos ni retrocesos; de la historia somos
responsables los hombres, que somos los verdaderos agentes, no el tiempo.
Feliz y Dulce Día.
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