“¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la
muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.” (J.R.R. Tolkien)
Voy a tener que continuar con
el tema de ayer pues en el blog ha existido un poco de controversia, ya se que
hoy es San Jaime y que en Pego se considera un día “grande” pero a pesar de
esto me voy a Simat de la Valldigna, que también es fiesta.
Para rematar un poco el tema
de ayer no tengo más remedio que añadir que no creo que existan diferencias
entre las capacidades intelectuales de ahora y las de hace unas décadas o
siglos.
Sin que nadie haya podido
medirlas, ni compararlas, parece darse por supuesto que los hombres de hoy poseemos
una inteligencia más desarrollada, estamos dotados de un ingenio más agudo, de
mayor creatividad y tenemos una mayor capacidad de resolución de problemas.
Ciertamente, ahora nosotros podemos proyectar y realizar viajes espaciales,
acometer obras de ingeniería y poner en funcionamiento sistemas de comunicación
impensables en épocas pasadas, pero no hay motivo para pensar que los
arquitectos e ingenieros del pasado no habrían hecho al menos lo mismo de haber
dispuesto de los recursos actuales.
¿Qué razón hay para suponer que
los constructores de las pirámides mayas o egipcias, los arquitectos griegos y
romanos, o los maestros de las catedrales góticas medievales, fueran hombres de
menor inteligencia que los del siglo XXI?
Si de aquí saltamos al mundo
del pensamiento, ¿alguien se atreve a decir que los filósofos actuales están
haciendo aportaciones tan valiosas como las que debemos a las escuelas griegas,
a los pensadores escolásticos o a las grandes figuras de los últimos siglos?
En fin, mañana si puedo,
atenderé la capacidad para resolver problemas prácticos, en lo que tanto hemos
avanzado y en lo parece que no hay comparación posible: cura de enfermedades,
urbanismo, comunicaciones, ordenamiento de la vida en común, relaciones
sociales, etc.
Feliz y Dulce Día.
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