viernes, 30 de marzo de 2018

Viernes 30 de Marzo de 2018.

Viernes 30 de Marzo de 2018.


¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a la vez- dijo Bilbo.  (El Hobbit, J.R.R. Tolkien) 
Algunas veces al empezar estos “Buenos Días” me surge la pregunta de hasta donde soy objetivo cuando escribo y doy opiniones, y es que ser objetivo es un reto importante, por cierto para ser objetivo debo decir que antes de pasar una buena Pascua debo pasar una buena Semana Santa, que no se os olvide. No puede existir la Pascua sin Semana Santa. 
Intentar ser objetivo me exige que vea estas cosas así como los problemas y algunas situaciones con un enfoque que equilibre adecuadamente emoción y razonamiento. 
Ya se que dar la temperatura que hay ahora delante mi no representa ningún problema para que sea objetivo, por cierto 15,5 grados, algo más de frío que ayer, pero por supuesto que es mucho más complicado cuando las conclusiones se basan más en los sentimientos. Por ello el valor de la objetividad es tan importante, porque me permite aspirar a dar su justo peso a los acontecimientos y actuar de una forma coherente. 
Me he dado cuenta muchas veces que una de las formas más eficientes de ser objetivo es viendo los problemas y las situaciones desde todos los puntos de vista. Aunque en alguna ocasión me aferro a juicios equivocados por no buscar toda la información necesaria. Y es que eso requiere algunas veces mucho trabajo. 
Esa lucha de muchas mañanas por ser objetivo implica que tenga que ceder un poco ese “Yo” que a veces nos pesa tanto. En ocasiones no es orgullo, ni soberbia, sino que simplemente tengo una tendencia natural a creer que tengo la razón. Para no caer en ese error muchas veces me tengo que plantear que estoy equivocado y eso alguna vez me ha permitido ser más certero en mis apreciaciones y por tanto ser más objetivo. 
Ah, y otra cosa que he aprendido es a no precipitarme en contestar, sobre todo en el whatsapp, es mejor razonar, observar, escuchar y después dar mi opinión, y es que si no realizo este proceso mis contestaciones y mis juicios son apresurados y no suelo tener toda la información necesaria de lo que realmente sucede. 
En fin, me voy a correr que ya deben estar a punto de llegar los dorsaleros para ir a entrenar por la playa de Gandia.

Feliz y Dulce Día.

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