domingo, 11 de marzo de 2018

Domingo 11 de Marzo de 2018.



Domingo 11 de Marzo de 2018.
“En un mundo superior las cosas no acaecen así, pero acá abajo, vivir es cambiar y ser perfecto es haber cambiado frecuentemente”. J.H.N. 
Ayer, al atardecer, mientras conversábamos junto a una copa de vino y unas almendras, he abandonado de momento la cerveza, me comentaban que se adivina en estos “Buenos Días” y en los del blog, que por cierto son los mismos pues solo cambia el idioma, un cierto aire de pesimismo.
Y esta noche lo he estado meditando, y es fácil que sea verdad, pero es que veo que la salud de nuestra sociedad está plagada de síntomas preocupantes. Si me detengo en la realidad presente así como en el futuro que nos espera yo los encuentro de lo más negro y de lo más estremecedor.
Menos mal que los 15,4 grados que hay en mi balcón son un buen síntoma de que podemos tener un día extraordinario. Pero esto no me hace olvidar que son muchos y graves los problemas que nos atenazan y que razonablemente empujan al pesimismo en cualquier dirección que mire. 
Da igual el área o el sector: la familia, la cultura de la vida, la educación, la religión, la economía, la ecología, la juventud, la ancianidad, la unidad nacional, el mundo laboral… Yo lo siento de verdad pero cuando el barco se hunde no hay camarote que se salve. Y lo más problemático no es lo mal que nos encontramos, sino que pasan los años y la situación no tiene visos de recomponerse, sino de seguir agravándose. 
Escoged un problema cualquiera de los que os encontréis en cualquier medio de comunicación mientras os toméis un café o una cerveza en esta mañana de domingo y ya me diréis si le encontráis una solución. 
Personalmente no soy nada optimista, pero pienso, además, que colectivamente no debemos serlo. Diré más, no necesitamos serlo. Lo que sí necesitamos, más que el aire para respirar, es ser hombres de esperanza, que no es lo mismo que el optimismo ni la esperanza natural. 
Pero esto ya es otra historia. 
Feliz y Dulce Día.

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