Lunes 19 de Marzo de 2018.
¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me
deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o
que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a
la vez- dijo Bilbo. (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)
Ayer aunque el día no
acompaño, al menos por la mañana, descubrí Guardamar del Segura, me gusto, no
solo la media maratón sino la gran cantidad de parques que posee y una playa
fantástica, tenemos suerte de vivir donde vivimos.
Ahora en mi balcón 12,3
grados, vamos a ver si los falleros tienen suerte con el clima, recordando las
sensaciones del día de ayer me he dado cuenta que si cierro los ojos y me
traslado a cuando tenía, más o menos, diez o doce años, e intento meterme en los pensamientos que tenía entonces, sin duda me encuentro con muchas cosas que hoy
catalogaría como inútiles (de hecho, lo digo con seguridad pues, lo estoy
haciendo en el momento que escribo).
Encuentro problemas que hoy
tendrían el nombre de tonterías; encuentro miedos que hoy siguen acompañándome
y, otros, enemigos vencidos. Encuentro sueños que se hicieron realidad, otros
que pueden seguir estando u otros que me hacen pensar: ¡¿qué estaba pensando?!
En fin, encuentro una serie de
cosas que, o han quedado en la historia, u hoy forman parte de ella. Sin
embargo, he encontrado algo que me hace reflexionar; algo que, si bien antes
estaba, hoy de alguna manera sigue estando en mis pensamientos. Algo que más
que un pensamiento es un deseo que se olvida por un tiempo, pero que con él
vuelve a surgir: el deseo de hacer cosas grandes; de cambiar el mundo.
Cambiar el mundo puede tener
un tono infantil, podría parecer un sueño que es propio de los niños, pero me
he dado cuenta que no es así.
Es una motivación interna que
muy indirectamente me impulsa, pues, cuando me enfrento a mis ilusiones me doy cuenta
que existo y por lo tanto mi existencia no puede ser indiferente. No puedo no
hacer nada con mi vida y entonces comienzo a hacer, a soñar…, comienzo a hacer
de mis sueños una realidad.
Sin embargo, me he encontrado
con un problema. Pero eso ya lo solucionare mañana, ahora me voy a ver las
fallas y a felicitar a los Pepes, a los José y a todos los Padres,
¡Felicidades!
Feliz y Dulce Día.
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